Poesía de Benito Balam
Mi Serena Ternura



MI ALMA INDIA



Mi alma india
es un moridor donde la luna entra
no sé si seré indio o no
pero mi alma maya huichol
muerde la raíz del árbol del desierto
donde camina y ama
saturada de estrellas en su selva
mi alma india es un moridor de lunas
un moridor de estrellas
un moridor del follaje roto
del agua agotada e incierta
un moridor de las cuencas de los ríos
de los lechos secos de los ríos
manantial de clamores
y enterradas voces
mi alma india gime por salir
es de un extremo a otro
la anchura donde mi palabra
habita y brota
es mi manera de amar
amando moridor
para parir la vida
no hay derecho humano
si no nace del clamor
del grito interno
no hay derecho humano
si no se siente
si no determina un cúmulo
un complejo de emociones
sostenidas y directas
no hay derecho humano
si no se gime por ellas
si no se abre el dolor
hasta parir por ellos
no hay derecho humano
sin la conjunción de los gemidos
antes que se de la unión de voluntades
y para que se de
ha de gemirse primero
¡oh, amada te amo
por gemido, por opción y por gracia!




CACAXTLA ESE SANGRAR DEL AGUA



Era la suavidad
con que se moldea en el barro
una rosa de cristal
entrelazando los dedos
en su magia avivada y secreta
era la suavidad
con que tus dedos recorrían los míos
y danzaban nuestras manos
absortas en el contacto íntimo
sin dejar de estar acompañando
un mundo
¡ay amada, te encuentro y te reencuentro!
caminas conmigo
y no te mueves
tu cuerpo y el mío
son una nube de amaranto
al abrigo de campos de alegría esa alegría que rodea a la pirámide del encuentro
y no dejamos de gozar ser uno en la otra
mientras vamos al encuentro
de la mutua historia
¡ay amada, te encuentro y te reencuentro!
La suavidad origina la luz
con que la imagen colorida de Cacaxtla
nos teje el sordo color del coraje
y el azul con que se transporta
el agua de los siglos
Hay sufrimiento y dolor
prepotencia y soberanía de la guerra
son símbolos y espíritus
que aún nos hablan
cruzados al sello
donde nuestras almas
se maravillan y se indignan
por los espíritus doloridos y moridores
saltan con su garra de dulzura
en la compañía de tu espíritu
que me hace temblar
en esa vagina de la tierra
hecha templo
montículo sagrado que se hace piedra
para dejarse tocar
y penetrar en sus propios misterios
¡ay amada, te encuentro y te reencuentro!
en la serpiente emplumada
apoderada del cocodrilo sagrado
para sangrar de agua
el tiempo cíclico de la serpiente
en el espejo que humea
agarrado al jaguar sagrado
para que grite a voces la tierra
que se acuesta con la estrellada noche
de ágiles saltos
me llenas de ternura
atierrada luna
atierrado espejo
atierrada luz que bebo
corazón de tierra y luz
vocación de carne
¡ay amada, te encuentro y te reencuentro!
dicen que las imágenes viven
y moran espíritus de las hazañas
y de los dones creados
pero cuando no son mirados por dentro
cuando no son reflejados por nosotros
por las nuevas generaciones
esos espíritus se escapan
se diseminan, se pierden
y las pinturas dejan de latir el mundo
que acompañan y sueñan
por eso se borran
por eso se destruyen
y los malos espíritus
se apoderan de la pared del mundo
hasta afearla insípidamente
sin sentido, sin memoria
se alejan de historia
y entran a la postración inerte
que simula vida
que ya no puede ni siquiera
guardar la muerte
con algún significado
pues en su altar han quedado desechas
las púrpuras y los pétalos amarillos
solo sombra podrida y pisada
de lo que fue ofrenda floral
color sutil atrapado en la mirada tenue
con que una flor abre su corola
¡nada de esto!
solo insulto gris
coraje de olvido en la celosía
que ya nunca habrá de cruzarse
tiempo sin tiempo
humillación de todo lo sufrido
de lo querido
de lo deseado
de lo desnudado
hundimiento de la pasión
del fuego
ceniza que ni siquiera fue algún día encendida
¡oh! como mirar sin lágrimas
aturdido el rostro
en estas excavaciones de la patria
en estos cristáles flamígeros
en estas piedras preciosas
que huelen a encanto y arrojo
cuando caen en los sin sentidos
de las contemporáneas garras del olvido
en la disecación descarnada de su sangre
mi alma india es un moridor de luna
donde esa esfera celeste
es tomada desde los vientres de mis manos
para vaciarla en las ollas escondidas
de mi barro
¡oh amada, te encuentro y te reencuentro!

14.11.97




MI CASA


"El punto por donde pasó un hombre, ya no está solo.
Unicamente está solo,
de soledad humana,
el lugar por donde ningún hombre ha pasado.
Las casas nuevas están más muertas que las viejas,
porque sus muros son de piedra o de acero,
pero no de hombres.
Una casa viene al mundo,
no cuando la acaban de edificar
sino cuando empiezan a habitarla".
Cesar Vallejo

Parece increíble como el tiempo lo construimos por medio del amor
y camina en un sentido tan diferente al tiempo normal.
Nos acercamos de nuevo
y parece que el tiempo en que nos despedimos se enlaza otra vez,
pero no solo por continuidad sino por profundidad.
Este ha sido un día de meditación para mí,
sintiendo cada espacio que he vivido durante estos once años de mi vida,
es una casa muy vivida,
encanto de mi vida,
en esas paredes hay historia,
como decirte, hablan, traspiran, miran,
son mis amigas,
en ellas he gritado, he hablado, he soñado,
me he enfermado y me he curado,
he decifrado sus silencios compañeros,
he sentido la leve nivelación con que abren sus espacios,
para que entre ya sea luz solar o la luz lunar,
sobrecogida en los encajes de las cortinas
o dibujadas durante un instante en alguna imagen colgada o postrada;
o rayándome con su calor el rostro, el cabello o la espalda.
Conozco su humedad y su frío,
sobretodo cuando recoge la presencia mía,
o de mi hijo, o de mis amigos (as)
y me la presenta en mis vastas soledades,
que también me acogen y me brindan
como un vientre interior
donde he recogido miles de diversas semillas
que me han germinado y tupido.
Soy un hombre con otros tiempos,
el silencio y la soledad me han conectado a mundos y submundos,
inaccesibles para quién no se atreve
o no ha tenido las circunstancias para hablar con su propio corazón.
De éste semillero, de éste vivero,
de éste invernadero he nacido,
y cuelgan de mí ciertos árboles extraños en mis orejas,
alojo en mi garganta nidos de aves diurnas y nocturnas,
y no puedo dejar de mirar con ojos de conejo o de tortuga
o de algún venadito que huele de noche
o que quizás bebe en mi manantial mientras duermo.
La selva me ha cubierto
y en ésta casa cada ruido,
cada vibración me la he adueñado,
se que ruge y espía también una fiera salvaje que me espanta
y luego se acurruca al fuego de la oración con que también la convoco.
Hay lunas enmudecidas y suaves,
insectos y reptiles y animales extraños del desierto.
¡Sí! en mis paredes hay mapas, planos,
obras de ingeniería,
laberintos, tesoros escondidos,
alhajas y obscuridades plenas y gozosas.
Es un lugar donde las flores se estampan en tu piel y te sueñan,
te cuentan su instante de fulguración e incendio,
y cuando dan el vértigo de su sombra
es porque han hecho un charco de color al marchitarse...

19.11.97




ACORAZONAR LA INCONMESURA


Te amo con todo mi corazón
mi corazón niño
mi corazón con canas
mi corazón naciente
mi corazón envuelto en llamas
mi corazón de sangre y agua
mi corazón sin rostro
y con el rostro de mi corazón, te amo
por los sollozos de mi corazón
amanecido
en el embovedado sin fin de las estrellas
te amo con la voz de mi corazón
y su alegre locura acorazonada
con que te canta serenatas
te amo con este corazón que embelesas
que muerdes a besos
y me devoras
te amo con los oidos del corazón
y con sus ojos
con sus videncias
pájaro con que vuela mi intuición
y se arremolina en ti
lleno de dicha
te amo con la luz
y la sombra
de un corazón que gime e imagina
y con la visión que de él revela
amo tu imagen grabada en mi corazón
haciendo vuelcos y sangres
rastros y caricias
y esperanzas
amo la ternura de tu corazón
y te abrazo con sus labios
¡Ah, mi Berna!
te amo con tu propio corazón
que se acorazona de inconmesura
al nacer entre tus piernas
y se hace bebe
niño - niña
te amo en el corazón del amor
acorazonado por la gracia
de ser un corazón para amarte.
23.12.97






Mérida de Carrillo Puerto y Alma Reed.

A Berna

Mérida de Carrillo Puerto
del Puerto angosto
del Puerto seguro y abierto
del Puerto Progreso
Mérida de la Peregrina
Alma Reed
Alma Roja
Alma del Fuego
Mérida de la raíz que toco y me toca
Mérida de los frutos con que amanezco
bañado en sueños y lluvia
en agua serenada que canta serenatas
Mérida la de la blanca identidad
la de la obscura sangre
la de la sangre que sorprende y arraiga
porque no soy indio
pero como escucho en mí la palabra maya
que quiere pronunciarme
Mérida vidente y mágica
de sonidos marinos y metálicos
que esconde su piedra caracol
en el verde corazón del encuentro
Mérida de mi amor
me despido de tí acompañándote del brazo
me despido de tí volando
en un camino de nubes
oteando la tierra litoral
el puerto mar
la tierra golfo
desde su techo profundo
desde el techo de nuestras ilusiones
y nuestros secretos sagrados
arranco de tí con un beso
tu serena sonrisa
tu ternura que me serena
tejo contigo una serena ternura
"contigo aprendí
que la semana tiene más de siete días"
Mérida Peregrina
igual al corazón que muestra tu mirada
sencilla transparente
verde ocre
mujer que siendo esposa me posee amándome
con solo el temblor
con que serena me pronuncia
y me llama por mi nombre.

Benito Balam, julio 21, 2001.


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