Francisca Blázquez, Colección Ángel
En la disciplina de la joyería Francisca Blázquez muestra las posibilidades del volumen dentro de
un planteamiento claramente geométrico e interdisciplinar. La 'Colección Ángel' surge a partir de
una animación artística en tres D realizada por la artista madrileña basada en la historia de
amor entre una rosa y el ruiseñor. La rosa ansiaba las alas para poder volar y el pájaro, en un
acto de amor sublime, le da las alas que luego se convierten en la primera pieza de joyería de la
'Colección Ángel'. Se trata de una selección de piezas de joyería que se nutren del concepto de
pureza, de analizar lo sublime como acto de amor, apostando por la defensa de la energía positiva
que transforma a los seres de nuestro planeta.
Las alas se diversifican en un sin número de formas geométricas, claramente estructuradas en una
dinámica cinética en la que predomina el movimiento.
Sus joyas parecen volar, están dotadas de magia, que se vertebra en torno a la idea central.
Pliegues, giros, ángulos y recovecos, se van sucediendo unos a otros sin solución de continuidad,
mostrando una diversificación de formas, hasta tal punto que existe una multiplicidad de
estructuras, que van de lo alado, a la simbología musical, de la danza y los bailarines a la
elucubración minimalista formal.
Emplea la plata como material fundamental, aunque en algunas de sus piezas utiliza el oro,
especialmente en la que define la colección, para potenciar la sensación de espiritual pureza.
Combina la plata con pedrería. Constatamos desde rubís, zafiros y esmeraldas, pasando por
turmalinas, aguamarinas, cuarzo rosa y otras. Asimismo, fiel a su concepto de investigación
permanente, incorpora pequeñas obras realizadas sobre tela, de cuatro por cuatro centímetros,
empleando el acrílico como material básico, a modo de colgantes.
En joyería muestra sus habilidades para conectar con los lenguajes de otras disciplinas de forma
constante, buscando un sincretismo, pero, a la vez, preservando las particularidades de cada
especialidad. Su creación está muy elaborada en el aspecto formal, dado que domina claramente la
disciplina, además de mostrar una predilección por la dinámica estructural, en el sentido de dar
libertad a las formas, sin limitarlas excesivamente. En consecuencia se produce una
energetización de los planos, una expresividad liberadora, que se acentúa por la forma con que
emplea la pedrería, a modo de combustible virtual cromático, que define con mayor efusividad sus
temáticas. También es singular el modo con que aplica las piedras, a base de engastes en zonas de
la superficie no esperadas. También 'cuelga piedras', de tamaños muy diversos, dejándolas
resbalar a través de la textura del metal. Es como si pintara, ofreciendo un margen de libertad
esencial, alejando su producción de lo decorativo, introduciéndola en el arte puro. No se trata
de cuadrar planos y formas, con pedrería y metales, sino de lograr una auténtica explosión
determinante, que transforme la forma y desarrolle la composición orientándola a través de los
laberintos de la imaginación.
'Colección Ángel' expresa los anhelos de la nueva 'Era Espiritual', que los acontecimientos
bélicos y la lucha de intereses cubren con un manto negro de forma ocasional, desviando el
interés de los pobladores del mundo actual por lo auténtico, que es lo no palpable, pero
inmortal. Francisca Blázquez nos acerca, a través de los sentimientos, a la dimensión el espíritu
, empleando lo angelical como vehículo.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte
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