HOMENAJE A PEPE

ENTREVISTAS A JOSÉ HERNÁNDEZ DELGADILLO
I

      Presentamos las dos últimas entrevistas que el Maestro José Hernández Delgadillo concedió en su casa de Coyoacán en Ciudad de Mexico al Poeta Benito Balam.

(Entrevista realizada por Benito Balam, el 27 de diciembre de 1998, en el departamento del maestro en la calle de Tecualipan, Coyoacán, a sus 72 años de vida).

Benito: ¿Cuales son tus reflexiones actuales tanto a nivel artístico, político y ético?

Delgadillo: Estoy en un período de mínima actividad, yo creo que no deberíamos referirnos a éste momento, se me hace que hay que irnos por otro lado. Me interesaría que me hicieras preguntas relacionadas con tu visión, porque finalmente uno se comunica con los demás, entonces no puede ser más la voz de uno, sino en un diálogo, porque hemos trabajado juntos; a menos que hayan surgido otras experiencias. En ése sentido debe ser un diálogo en el que se descubra la intención tuya, ¿qué quieres saber?

Benito: Quisiera saber en base a la obra realizada, una obra muralística y una obra plástica en muchos sentidos que ha dejado un impacto en la generación nuestra, que hablaras un poco en retrospectiva de ésta experiencia práctica, no tanto en el aspecto formal de los premios o de las presentaciones que has tenido de tu trabajo, sino de los grandes temas que tú has abordado y la significación que ha tenido para la cultura en éstos 30 años, más o menos en los cuales en los que te hemos conocido con éste talante o con ésta orientación de tu pintura o de tu quehacer artístico.

Delgadillo: A mí me gustaría que se llegara a escribir algo reciente sobre mi obra en sí, que se hable en términos de lo que realmente es pictóricamente, los significados o la presencia que pueda tener en el espectador, porque en ocasiones se hace mucha literatura sobre un determinado autor y en ocasiones se alejan de la obra misma, de la que están refiriéndose y se convierten en ensayos literarios, y no en una reflexión sobre lo que significa la obra de alguien.

Benito: ¿Tu piensas que es más importante la obra, que la vida del autor?

Delgadillo: Me parece que es lo que debería importarnos, que se hable de la pintura.

Benito: ¿Crees que las anécdotas de la vida del autor, puede ayudar didácticamente, a que la gente se acerque a su obra?

Delgadillo: Puede estar relacionado con determinado periodo de la biografía de un autor, pero muchas veces la obra también guarda cierta distancia y se produce en determinadas condiciones.

Benito: Esto podría significar que la obra es más que la vida personal del autor, que es más trascendente.

Delgadillo: No, yo no quisiera limitar la libertad de expresión de los autores, yo nada más lo que estoy mencionando es una inquietud, en ése sentido lo manifesté, pero es necesario que haya cierta coherencia, arrancando desde donde tú quieras y a partir de qué momento.

Benito: Dentro de tu vocación plástica, estética ¿por qué elegiste, dedicar tantos años de tu vida a la cuestión muralística?

Delgadillo: Bueno, estás hablando de algo que es interesante, es decir, he realizado más, mucho más de 170 murales y una buena parte de ésos se han perdido porque han sido destruidos intencionalmente, en ocasiones por inconsciencia o por el deterioro de las superficies donde se pintaron. Hay el caso de un mural en Zacatecas en una preparatoria, que está sobre cantera, ¡ increíble!,las canteras caídas, la obra perdida en un material que debería ser eterno pero mal colocado resultó tan frágil como si fuera un aplanado muy malo, de muy mala calidad. En ocasiones llegamos a pintar murales sobre superficies que no conocíamos previamente y la rapidez con que trabajábamos no nos permitía analizar, y hemos descubierto que algunos de ésos aplanados son débiles y están prácticamente sin adherente; esto es interesante saberlo, que una buena cantidad de la obra se ha perdido por razones intencionales, pero también por razones de otra índole y eso me gustaría que se conozca, hubo una mayor cantidad de obras que se conservan, todas fueron hechas con el mismo entusiasmo y voluntad de participar, con los sectores que me invitaban o que teníamos que referirnos en esa lucha.

Benito: La elaboración de tus murales, aún tomando en consideración ésos riesgos, tú los asumías, por ser muy importante tu relación con ésos sectores populares.

Delgadillo: No siempre teníamos conocimiento, si lo hubiéramos tenido, a lo mejor decimos "éste aplanado hay que tirarlo y hay que pintar sobre una pieza nueva". Es importante la voluntad de comunicación y de expresión, pero no quiere decir que la pusiéramos arriba de cualquier otra consideración, es tan importante el soporte o la técnica que se utilice como cualquier otra cosa; entonces no queríamos hacer obras efímeras. Ya volviendo a tu pregunta, de hecho cuando asistí a la Escuela La Esmeralda, ingresé a cuarto año e hice el quinto también, precisamente mi intención fue dedicar ésos dos años de mi función, íntegramente como una posibilidad de ser un artista público en potencia. En ese momento no dominaba las técnicas que después afortunadamente llegamos a manejar. Lo que me interesaba era el concepto, hacer dibujos de gran tamaño como una parte de la preparación para la pintura mural y el arte público. De tal manera que sí fue intencional ésta preparación fue complementada con mi primer mural al fresco en la Escuela Belisario Domínguez, precisamente frente a la antigua Escuela La Esmeralda. De ahí partió la primera decisión, que tuvo un origen, el hecho de que yo hubiese conocido la pintura de los grandes muralistas Orozco, Rivera, Siqueiros, Tamayo; así como a la segunda generación, posterior a ellos. Me pareció que el artista cuando hace una obra relacionada con la sociedad, tiene una mejor forma de realización y eso da amplios satisfactores, por eso, a mi me pareció una cosa correcta la alternativa que abrieron los muralistas mexicanos, que se convirtió en una alternativa internacional sin dirigentes, durante ochenta años, hasta final del siglo XX.

Benito: ¿Por qué critican al muralismo como una forma de encubrir la ideología del nacionalismo revolucionario del partido de estado, como una forma de enmascarar su discurso político?.

Delgadillo: Ese tipo de opiniones no están suficientemente fundamentadas, no se puede hacer una apreciación a rajatabla de todos los autores, porque cada autor es distinto y su enfoque es diferente. Los muralistas trabajaron con bastante libertad y así se expresaron, el estado mexicano ha sido muy hábil para utilizar eso como una bandera nacional y lo es, pero también ha sido en beneficio propio del partido de estado. Eso no quiere decir que todas las obras tengan la misma característica de libertad de expresión y de pensar. En algunos autores se puede percibir efectivamente, que había una tendencia a la apología del estado mexicano, pero no todas las obras, eso es una cosa mal intencionada y se ha hecho. Me consta que saben, que en muchos aspectos es una apreciación crítica, la interpretación pictórica de la revolución mexicana. Orozco como caricaturista y como muralista, critica los hechos de violencia y la deformación de los revolucionarios.

Benito: ¿La obra de los grandes muralistas a los que te referiste como inspiración de tu decisión, también influyeron en tu generación?
Delgadillo: Mi generación fue quizás la más numerosa en muralistas, autores como Benito Messeguer, Moreno Capdevilla, Arnold Belkin, Mario Orozco Rivera, Arturo Estrada, Arturo García Bustos, Mario Orozco Rivera. La preparación de mi obra fue complementada con los primeros proyectos de murales o complementos pictóricos de integración plástica, entonces estuve también en la escuela de Artes Aplicadas que dirigía el maestro Chávez Morado, éramos dos alumnos y dos maestros, para que vean como se desperdiciaba ese potencial. Tuve oportunidad de colaborar en el diseño de una feria del libro y donde se hicieron unas instalaciones de recuperación, hicimos pabellones con estructura metálica forrados con madera en el interior y en el exterior con material más impermeable o con otros recubrimientos de aluminio, de tal manera que eso fue un pequeño laboratorio. Se hicieron unas agujas como de veinticinco metros de altura, con un concepto escultórico, las rejas de acero diseñadas por mí en toda la feria y los complementos del pabellón de la ciudad de México del pequeño Auditorio, la Galería de Arte y la Galería de Artes Plásticas; esto fue todo un ensayo, pero no quedó en forma definitiva.

Benito: En Ciudad Deportiva, ¿también contribuiste?

Delgadillo: Sí, ahí fue donde ya quedaron cosas permanentes, unos relieves, una escultura en el lago del Autódromo que seguramente ya lo vieron, eso fue de lo primero que se conserva y siguió siendo una etapa ya formativa pero también de realización. Después hay un salto cualitativo, se produce un movimiento de tipo popular en 1968. Me toca darle seguimiento a éste movimiento muy cerca, por la amistad que yo tenía con el maestro Leopoldo Ayala, maestro en la Vocacional 5 del IPN, donde se inició el movimiento. Después del 68 formamos un pequeño grupo multidisciplinario, es decir, Arte colectivo en acción, éste lo componían el compositor y cantante José de Molina, después se integró Juan Alejandro...

Benito: ¿Recientemente fallecido?

Delgadillo: Si, después Amparo Ochoa, varios poetas, pintores y actores como Roberto López Moreno, Carlos Bracho, Sonia Furió, Teresa Selma, Pilar Pellicer y otras artistas que por el momento no recuerdo. Después de que el movimiento fue tan duramente reprimido y que se había terminado con toda actividad, fueron los propios estudiantes de algunas preparatorias, los campesinos los que reiniciaron la lucha, después se irían sumando el sector obrero y magisterial, etc. Se inició una nueva etapa en el trabajo, hacer obras sin solicitar el permiso o autorización tanto de directores o rectores, porque los sectores casi siempre llegaban a un acuerdo con las autoridades universitarias o escolares. Cuando llegábamos nos decían: "aquí están éstos muros, aquí se puede trabajar", comprábamos el material y así en una forma muy dinámica se trabajaba y se hacía con toda libertad lo que queríamos. Fue así como se fueron produciendo, primero eran grandes telas sobre bastidores, pero vimos que se los apropiaban los activistas, entonces decidimos cambiar a los muros. Fue un paso muy interesante, pues esto abrió un proceso de muchas obras que ya mencioné y que por diferentes razones se conservó. En mi archivo de negativos debe haber una buena cantidad de obras, sería bueno que esto no se pierda.

Benito: ¿La elección de éste camino también era la elección de una arte popular, no solamente como la actividad de un pintor, de un artista, sino su vinculación con el pueblo para crear arte nacido de sus luchas?

Delgadillo: No podríamos clasificarlo estrictamente como arte popular, porque según el maestro Alan Barnett, él considera que yo introduje formas del arte culto en la expresión popular, hay una interconexión y efectivamente tiene características dominantes del arte popular, pero que se entienda bien el término y no en términos peyorativos, como si lo popular fuera algo menor.

Benito: Mas bien en el sentido de tu vinculación ética., ¿cuando tu hacías pinturas de caballete, cuál era la relación que tú establecías con el arte muralista?
Delgadillo: Si hablamos de la obra de caballete anterior al ´68 tenía unas características de humanismo, de crítica; pero después mi obra de caballete no está muy separada del resto de la obra que hacía y la trayectoria que se vivía en el arte público, sino más bien una interrelación, posiblemente la obra de caballete me diera más libertad de temas, de escoger ideas, etc., pero también guardaba relación con lo que estaba haciendo a nivel muralístico.

Benito: Sin embargo en tu obra de caballete hay temas, sobre todo el tema amoroso, erótico, que no trabajas en todos éstos murales populares, digamos que en algunos de ésos murales si los trabajas y me consta por ejemplo, en Cuernavaca, pero en otros casi no lo trabajabas, ¿o estoy equivocado?

Delgadillo: Si, no, por eso ya establecimos la diferencia, que en ocasiones la obra de caballete tiende a abordar otros temas y más variado.

Benito: ¿En el arte popular era más la vida del pueblo y su lucha, era el tema principal?

Delgadillo: Si, eran las cosas relacionadas con lo que se vivía, se sabía, se conocía o se estaba viviendo, entonces son relacionadas con los sectores, con la opresión política, económica o social. A veces son obras que no son tan fáciles de comprender. En ocasiones le preguntaba a campesinos que les parecía y algunos por su propia formación no lograban penetrar en la obra, tal vez, veían el aspecto general pero no el particular, y sin embargo, sectores de trabajadores con más curiosidad o con otro tipo de vida, pues resulta que podían hacer descripciones de mis obras como si fueran las de algún experto o yo mismo.

Benito: ¿Había más comunicación con los trabajadores de la ciudad que con los del campo?
Delgadillo: El arte, la relación con el arte, no yo en particular. La apreciación del arte también es cultural, entonces no es que haya más comunicación con los de la ciudad, nosotros íbamos, estuvimos, viajamos por todo el país, conocíamos obreros de provincia, de las ciudades industriales, sin industrializar; entonces no solamente en la gran metrópoli y nuestra relación era con campesinos o con colonos, era muy diversa, no era un solo tipo de personalidades sino una diversidad, una gama muy amplia.

Benito: ¿Y en el caso de las comunidades indígenas, cuál era la comunicación?

Delgadillo: La que lográbamos... no siempre... he pintado más de 28 murales en Chiapas y de ésos se conservaban hasta hace poco unos 25. Aún sin estar conscientes nosotros de la importancia que tenía el conocer sectores indígenas, pues los conocíamos y trabajábamos para ellos. En una ocasión pinté lo que yo creí que era la entrada a la selva lacandona y era una pequeña selva de 15 km.de diámetro, yo creí que había entrado al inicio de la selva (ríe) y no era así, pero sí pudimos ver o trabajar para comunidades Tzotziles, Tzeltales y otras etnias que hay en Chiapas y otras partes del país, en Sonora con los Mayos.

Benito: Tu trabajo ha tenido repercusión en los murales populares que se han venido realizando en los últimos años, particularmente en los municipios autónomos que se han creado por inspiración del movimiento zapatista allá en Chiapas. No sé si recuerdas que uno de ellos fue destruido en abril de 1998 y algunos autores de ése mural fueron metidos presos, uno era profesor de la UAM y otro profesor de la Ibero, que dirigían a un grupo de artistas tzeltales que hicieron el mural, en el ejido Taniperla.

Delgadillo: Si, efectivamente como eran visibles las obras, tuvieron repercusión en los artistas en potencia o artistas locales, incluso éste rasgo del trabajo que yo realizaba desde luego que también influyó en los sectores cultos de aquí de la ciudad, entonces decían "qué están haciendo ahora" y nos daban seguimiento y sabían lo que estábamos haciendo. Unos pintores profesionales tan perfectamente enterados de lo que hacíamos como si fuéramos nosotros mismos.

Benito: La influencia que se puede dar a través de un mural de arte público es mucho mayor que el que se puede dar en caballete en la obra tradicional.

Delgadillo: Eso es obvio, yo creo que no deberíamos detenernos en esto, que es tan claro. Lo que quisiera destacar es que no se hacía sólo pintura, sino se daban recitales de pintura, se hacía teatro y se cantaban canciones, era un trabajo interdisciplinario, lo mismo que tiene el mural, lo tiene la poesía, el teatro y la canción. Llegaron a ser muy conocidos los artistas que hacen éste tipo de trabajos, José de Molina, Leopoldo Ayala y toda una generación posterior donde están ustedes, José Tlatelpas, Benito Balam, Mario Ramírez y muchos otros como Yamilé Paz Paredes, Cristina Gómez, Alejandro Zenteno, José Alberto Damián.

Benito: Cuando se unió la lucha social y política con el arte público que realizabas, se dio también el momento en el cual el mismo gobierno te invitó a que participaras en la elaboración de algunos murales en el palacio nacional, pero lo rechazaste, según tengo entendido, ¿cómo estuvo ése momento anecdótico que fue significativo para explicarse la orientación de su obra, de su trabajo?

Delgadillo: El Lic. Porfirio Muñoz Ledo (Secretario de Educación Pública en el sexenio de Luis Echeverría) me conocía, nos conocimos en París y conocía mi obra. El tuvo el gesto de ofrecerme la posibilidad de que yo pintara en el Palacio Nacional, el área que había quedado sin terminar Diego Rivera, pero en ese momento me parecía que si estábamos haciendo un tipo de muralismo completamente libre, no haría nada de obras para el Estado, mientras éste reprimiera a sectores populares, pero ese es solo un momento en mi trayectoria.

Benito: ¿Fue una decisión política que reafirmó tu vocación de vincularte con la lucha popular?.

Delgadillo: Bueno, sin ánimo de presunción, el que yo haya declarado esto, desbarató un proyecto que tenía el gobierno federal en ése momento.

Benito: ¿En qué consistía ése proyecto?

Delgadillo: Ofrecerle los muros a los pintores de México y los pintores no se sumaron masivamente a ésa propuesta. Nada más dos aceptaron hacer algo, que fue el maestro Messeguer y el maestro Vlady.

Benito: Hablamos de diferentes momentos de la formación muralista y de la formación como artista, también de su realización, pero, después del 68, luego de haber tomado la postura pùblica ante el estado y la vinculación con la lucha popular, ¿qué otro momento en su carrera distingues como decisivo de tu realización?

Delgadillo: Este período es largo y no se interrumpió forzosamente, las características eran de grandes carteles, como grandes anuncios?. Y efectivamente hubo una contribución en el tiempo en el que realizábamos una obra, de 6 ú 11 horas, esto ya dará una idea de la velocidad con la que se debía de trabajar y el número de gente que colaboraba. Este trabajo mural lo realicé entre los 70's y 80's, culminando en el ´89, con la gira que hicimos en Estados Unidos como grupo Maíz Rebelde. En algunos momentos, me daba yo tiempo para hacer obras más elaboradas, cuando la invitación lo permitía, como fue el caso de las Universidades: de Zacatecas y de Veracruz. O bien cuando yo realizaba en algún taller un mural transportable. Ciertas obras eran más elaboradas, los murales del '89 hechos en una gira que hicimos con Benito Balam, José Tlatelpas y Mario Ramírez. Esos murales pertenecen a un período de obras muy elaboradas, iniciadas en el mural del Hombre Nuevo en Cuernavaca, en el Auditorio del Hotel Hacienda de Cortés. Este grupo de obras, coinciden curiosamente con un mural hecho precisamente con mayor elaboración, que es un gran díptico de 24 secciones que se llama Represión Revolución. Ese gran mural múltiple se conserva en el mismo lugar donde está el Hombre Nuevo, diríamos que se integra al ciclo de obras que se elaboraron en varias ciudades de California, Estados Unidos: Oakland, San José, Davis y Watsonville.

Benito: La década de los 90's, es el período de obras más elaboradas, que también tienen elementos que no son solamente de lucha popular, sino de una visión más amplia, una cosmovisión más global.

Delgadillo: Si, es el '89 y ahí termina, después seguirán otras obras, pero no muchos murales.

Benito: Son murales dedicados a la guerra y la paz, a la humanidad, la cultura, la relación de pareja, la vida. Temas que también empiezan a dominar el mural.

Delgadillo. Si, si, ésas obras no son propiamente murales, yo les llamo estelas, pequeños murales transportables, así es como tú dices, así se extiende un poco la temática.

Benito: Ahora que has venido trabajando más en ésta década sobre el trabajo de caballete, ¿qué ha significado para ti, este trabajo expresivo en la educación de la nueva generación de muralistas o pintores?

Delgadillo: Mira, no sé hasta qué punto pudiera tener alguna influencia, no la conozco porque parte de ésta obra de caballete, la han adquirido particulares y no se si se conozca suficientemente, no sé si se haya reproducido. Solamente una parte de ése material se reprodujo en un folleto que editó la Universidad de Hidalgo, pero no tengo conocimiento de que se haya hecho una difusión masiva, y por otro lado, no hemos tenido buenos espacios en la televisión, la televisión prácticamente no ha demostrado disposición a referirse a mi obra. Muy poco se ha hecho, no nos conocen, mi obra no está hecha con la intención de enseñar, yo creo que no debe uno adjudicarse la cosa de ser maestro o guía, uno hace las cosas con la libertad de tomar algo o no tomar nada.

Benito: No siempre se tienen las condiciones para ejercer en libertad el tomar o dejarlas cosas cuando no se conocen.

Delgadillo: Yo me refería a que no se conocían suficientemente, no siempre es posible ni es correcto adoptar el papel de maestro, sino hacerlo ahora y ya, si lo toman y qué tanto toman es de cada quien.

Benito: ¿La preocupación por la trascendencia de tu obra no ha sido lo más importante para producirla?

Delgadillo: Ahí tocas algo interesante, diría, creo que mucho de lo que hacemos es con la idea de que permanezca, no con la idea de que desaparezca. Efectivamente, uno trabaja con el ánimo de que se quede pero no siempre se logra. Creo que sí es importante el otro aspecto, hacer las cosas porque se necesitan, se requieren, porque pueden cumplir un papel; yo le he dado la misma importancia a una cosa y a otra, las dos cosas paralelas.

Benito: En relación a la conciencia que se puede ir creando a través del arte, de los murales, de la obra plástica en sí, van esos papeles paralelos a los que haces mención: el poder repercutir, impactar en las próximas generaciones, y el de cumplir la propia necesidad que uno tiene de expresarse. Ambos papeles forman la conciencia cultural de un pueblo y ambas son importantes, me parece a mí. ¿qué piensas tú de esto?

Delgadillo: Bueno, yo creo que no tenemos una constancia clara de qué tanto efectivamente puede contribuir, lo que sí es posible es que ejerza un papel, pero no tengo un cálculo de si tiene tal eficacia, porque a veces los sectores cambian sus motivos de interés, a lo mejor se les hace familiar y no lo analizan, hay que ser muy cuidadoso con eso porque no hay que creer que siempre está cumpliendo el papel que debería cumplir.

Benito: ¿Cómo podría cumplirlo?

Delgadillo: Eso ya no depende de los que hacemos alguna obra, depende de otros actores: pedagogos, historiadores, cronistas o cualquier otro tipo de actividad de recuperación de lo que se hizo, que contribuye efectivamente a situar una obra en su momento histórico.

Benito: El papel del artista es muy importante dentro de la sociedad y dentro de un país pluricultural como el nuestro, es sumamente importante también porque no todos los artistas se vinculan a las necesidades y lucha del pueblo. Se desentienden de esto, la mayor parte de ellos.

Delgadillo: Se han dicho muchas cosas alrededor del arte que tiene un contenido social o político, muchos autores desprecian esto, no se dan cuenta de que es todo un reto y todo un riesgo, y es subestimado, incluso difamado. Hay que tenerlo bien claro, a veces se quiere chotear un hecho que nace de una necesidad y de algo auténtico. Tenemos muchos artistas e intelectuales, que menosprecian ése tipo de relación y no la valoran, no la reconocen y simplemente la vituperan.

Benito: No es solamente el maestro Hernández Delgadillo, pintor muralista, que está comprometido con la lucha de su pueblo y en muchas cosas más, sino la persona toda. Por eso digo que, no solamente es la función del artista hacer su obra de arte, sino también como darla a conocer, como relacionarse con la gente para formar ésa conciencia.

Delgadillo: A mi no me gustaría presumir de eso, de que soy un artista vinculado al pueblo, etc., etc. Están las obras, es lo que hago, lo que cuenta, creo que no está en mi ánimo hacer ostentación de esto. Lo que sí me parece que debe conocerse y que se sepa que se hizo, que existió o que existe...eso sí me parece importante.

Benito: La relación con el pueblo da también ciertos elementos estéticos, recogidos de su experiencia, influenciados por este mismo, que el artista plasma con su propia técnica y su propia visión. Es cierto y que bueno que tengas ésa actitud de no presunción y modestia, pero también es cierto que hay una vinculación en tu vida de lucha popular y eso es innegable, entonces ¿qué efecto tiene en tu arte?

Delgadillo: Lo primero que debería quedar claro es que no me toca a mí decirlo, que lo digan mis compañeros, mis amigos, mis colegas. Y, efectivamente, es importante la relación de una obra con un sector o sectores de la población, evidentemente que es de la mayor importancia. El hecho que se produce por la asociación con esas vidas o esa vida, por la comunidad de ideas, intereses y conductas, esto evidentemente influye en el carácter de la obra que se hace y para qué se hace. Si logra permear, por ejemplo la obra que vemos ahí tiene que ver con el hombre, la realidad, se llama Las Aristas del Sistema. Tiene una serie de implicaciones el hecho de que un arte se produzca relacionado con las ideas y los intereses de amplios sectores de la población. Eso es lo que hace diferente la obra y así se puede citar, pero otras quizá se pueden ver un poco como la proyección de una individualidad, de una personalidad, de un sujeto singular y esa obra también puede estar significando al hombre en su totalidad. Esa es su tarea como historiadores y escritores, son los críticos los que deben hablar de esto: que sitúen la obra, que la profundicen en su contenido y en su forma..

Benito: Lo que acabas de comentar acerca de dónde se está viendo la vida, donde se ve la existencia para expresarse, para referirse a ella artísticamente, es algo muy importante y no es por presunción, es por opción lo que trato de confirmar contigo. El abrazar una postura, el tomar partido en una situación por sectores del pueblo. Ha sido también poder mirar con los ojos de ellos, lo que te ha transformado, es algo que nosotros lo vemos y lo sentimos. Mas es importante también que tú lo digas desde la reflexión de tu propia obra, no porque sea un acto de presunción, sino porque ha sido un acto de opción de vida, de cómo te has definido tú, para poder crear tales o cuales cosas, que no se puede definir de la misma forma tu arte si no se toma ese mismo lugar, donde tu has estado.

Delgadillo: Pero eso es lo que yo digo, que eso les toca hacerlo a ustedes más que a mí mismo, yo puedo hacer ahorita una breve mención de lo que efectivamente si influye, si es cierto; pero de eso se trata, de que los que escriben o hagan crítica, que profundicen en esto.

Benito: Y en relación con la obra que en éstos últimos años has pintado ¿qué características podrías señalarnos?

Delgadillo: Una buen a parte de eso, sigue muy estrechamente ligado a los fenómenos que se están viviendo en nuestro país y en el mundo, la época del neoliberalismo, la globalización del mercado. Otras han sido reflexiones sobre la vida misma, no te podría caracterizar éstos últimos 10 años, porque ha sido variado, no son un solo tipo de obras.

Benito: ¿A qué le has dado más énfasis?

Delgadillo: A la realidad, pero también he puesto acento en la calidad, que sean buenas obras.

Benito: ¿De qué manera afecta la globalización al arte plástico en nuestro país, particularmente al muralismo?

Delgadillo: Hoy hay un despertar de arte plástico en todo el mundo, se han pintado más de mil en los Estados Unidos, una buena cantidad en Canadá, en Europa y en América Latina, se nos informa que en Ecuador ha habido una buena cantidad de murales, en Argentina, Brasil, sin que esto sea una ola incontenible, pero si es un síntoma de que los artistas asumen una posición crítica y sensible a la realidad, que está afectando a las naciones y a los pueblos.

Benito: La actitud del artista plástico ante ésta situación del neoliberalismo que padecen nuestros pueblos, ¿hacia donde debe de apuntar, dónde crees tú que deban ser los caminos a explorar por los artistas plásticos?

Delgadillo: Quien escriba o haga algo sobre mi obra, debe tener toda la libertad para trabajar sobre éstos temas, esto queda claro. Y lo que también quiero decir y no es por modestia nada más, sino porque ha sido un poco una disciplina, yo he sido maestro por petición, a solicitud de una escuela o grupos, pero no porque yo me proponga ser maestro.

Benito: Para nuestra generación y en particular para mí, tú has sido un maestro, para mí es muy importante tu opinión en ésta experiencia de vida, hacia donde apuntar, desde el punto de vista artístico.

Delgadillo: Yo quisiera que tú lo veas como un fenómeno social y no tanto como una relación personal de amigos, por eso hago ésta resistencia y creo que es bueno platicarlo con toda franqueza, que a las cosas les demos cauce, yo he sido maestro pero sin proponérmelo, sino porque me lo piden.

Benito: Ahora que te estoy pidiendo un camino, no estoy diciendo "este es el camino", sino algunos caminos que tú veas por donde se pudiera explorar.

Delgadillo: Mira, muchas de las expresiones son válidas y no hay que limitar, a veces vale la pena correr los riesgos de la libertad, que continuar o crear grupos académicos que norman o que dictan cuál es lo que vale o lo que no vale, etc., etc. Eso es muy peligroso, yo creo que uno tiene que ser suficientemente maduro para dejar ésa posibilidad de ensayo, de juego con el arte.

Benito: Por ejemplo, en relación a la política, a la lucha social.

Delgadillo: Yo no adopto una relación, así por costumbre, sino que es una cosa que se mantiene, se debe mantener: si hay conciencia, hay que mantenerla, si hay una intención o una dirección de una obra o un sentido determinado hay que sostenerlo, pero no a priori sino en la vida misma.

Benito: ¿De los movimientos artísticos, de la última generación cuáles podrías señalar, cuáles te han influenciado?

Delgadillo: Veo y conozco más o menos lo que se está haciendo, pero no he tenido la posibilidad de ver todo y de destacar algo muy en especial.

Benito: En cuanto al compromiso para mantenerte en éste camino, que has tenido en tu trabajo artístico, en la política, en tu vida. Y en la actitud de apertura que ahora estas manifestando, de no señalar conceptos académicos rígidos, sino dejar vía libre a la expresión artística. Pero Delgadillo como persona, con su filosofía y su experiencia de vida ¿qué nos podrías concluir?

Delgadillo: En la última etapa de mi vida, por causas ajenas a mi voluntad, son pocas las obras que he podido realizar con materiales duraderos y el tipo de obra que me hubiera gustado. Esto es atribuible a que el arte público no es suficientemente valorado y no se le da el lugar que merece. El arte público es una de las formas de acrecentar el acervo de una nación, de un pueblo y de la humanidad. Esto es lo que me ha tocado ver, muchos por razones políticas no me lo pedían, pero quizá también por desconocimiento del verdadero significado que tiene el arte público. De las pocas obras que logré hacer con materiales duraderos, quedan como ejemplo de esa calidad, éstas obras requieren no sólo la participación de artesanos o especialistas, como son los canteros, un buen albañil o un buen ayudante; como el caso de Miguel Angel Gamboa. Otras obras podrían hacerse también con la intervención de especialistas y no las hicimos porque no existió ésa disposición. Tampoco se ha hecho la difusión de lo que he realizado ¿dónde lo ha visto la gente en la televisión, en los programas culturales? Nadie los ha pasado.

(Su hija Ticha pregunta: ¿dónde está ése video, a quién se lo dieron, quién lo tiene?)

Delgadillo: El video tiene 4 murales y yo tengo una copia, es La fuerza del pasado, en el presente y hacia el futuro, Delgadillo Obra Mural. Ahí está lo que he podido hacer y hasta donde físicamente me ha sido posible, lo último que hice y que se puede mencionar es 40 imágenes para el libro Lienzo de Tlatelolco, libro del poeta Leopoldo Ayala, del fotógrafo Héctor García y mío, esto fue de lo último que pude abordar.

Benito: Bien, te agradecemos ésta larga entrevista.

(Ticha interviene: Pero no dijiste nada, te pregunto una cosa y tu le contestaste otra, Papi, (ríe Balam), no le contestaste nada personal. Tu querías grabar algo de éste último tiempo...

Delgadillo: Pero eso, para grabarlo, que tanto tiene que ser a solas o con otro cassette.

Benito: Tengo otro cassette.

Delgadillo: No, lo que yo quería era grabar toda una experiencia de enfermedad y médica, o sea, es un poquito largo.

Benito: Pero podrías abordar aunque sea, algunas cosas en ésta entrevista.

Delgadillo: Bueno, en una forma breve me podría referir a la experiencia que he pasado por haber venido a menos mi salud. Quiero remarcar que ha sido una experiencia muy fuerte en la cual una de las primeras cosas que yo quiero que se sepa, que quiero reconocer, es el espíritu solidario de mis hijos: de Beatriz, Paco y Miriam. Ella desde Canadá no ha podido venir por restricciones migratorias, pero me ha estado hablando. Particularmente a los dos primeros les ha tocado el trabajo más duro y realmente han tenido un comportamiento extraordinario, he aprendido mucho de los dos. Paco tiene muy amplios conocimientos de la medicina, del comportamiento de los seres, de la conducta de los animales, de los gatos, de los perros, de las ballenas, por poner un ejemplo. Y también una gran capacidad doméstica, ha tenido que prepararme los alimentos y hacerlo personalmente. La Ticha que tienen sus propias ocupaciones se ha hecho un espacio, un esfuerzo para acompañarme en las consultas, cuando su hermano no podía, ella entraba en su lugar y ella en su propio papel. Esta relación que he podido tener con mis hijos, con los dos primeros, ha sido de lo más enriquecedora, de una gran intensidad humana y muy notoria. He podido ver sus habilidades, lo bueno de sus relaciones sociales, públicas o interartísticas, interprofesional, etc., etc., esto es una cosa que yo quiero que se sepa.

Benito: ¿Y de tu experiencia de enfermedad?

Delgadillo: Mucho del deterioro de mi salud ha sido producido por circunstancias, que a veces han estado fuera de mi control, o bien, originadas por algún temor, por un mal uso de los medicamentos, o por la interrupción de algún tratamiento y esto produce estados negativos. Tuve un accidente, estando mal del corazón y sabiendo que no debía cargar cosas pesadas, de repente sin acordarme que al pie de mi cama tenía una caja con herramientas, me produjo un daño brutal, que yo no hubiese querido pero que se produjo. La etapa de mi enfermedad ha sido producida por falta de conocimientos médicos, uno necesitaría tener gran experiencia médica para que no pasara. En un hospital de especialidades no se puede atender como atendería el médico personal que está viendo la totalidad del problema. Esto es una cosa que puede ser necesario en la medicina para determinadas enfermedades, pero que muchas veces es insuficiente y produce fenómenos que no son deseables en el tratamiento de los enfermos. Lo que puede provocar es que no sean bien atendidos o que los estudios que están bien hechos, con equipo modernísimo, no se aprovechen, por falta de interconexión o por falta de especialidades. Esta es una experiencia que yo he tenido y que quisiera que se valorara y no es sólo una queja, sino una apreciación. Si alguno puede interiorizarse en éste problema, es largo de contar. Otra cosa ha sido también la respuesta de los amigos y los familiares, que se han podido enterar de que estoy mal de salud. Se supo por una nota amarillista que yo estaba muy delicado y ésa nota tuvo la virtud de no interesar al resto de los periódicos. No es que yo quisiera que se me tuviera la máxima atención, mejor se sabe cómo estoy a través de la comunicación oral. Yo creo que sí merecía un poco de atención, el que se supiera de mí o que pasaba conmigo. Eso es lo que quería decir.

Benito: ¿Que reflexionas de tu vida con toda ésta experiencia, del valor de tu vida?

Delgadillo: Uno puede apreciar mucho de su vida, el problema es que hay cosas que suceden que no están previsibles, son hechos accidentales. El que una medicina en lugar de estar curando, produzca reacciones secundarias tan duras que te obligue a suspenderla, es algo que uno no puede preveer, es una experiencia.

Benito: Algo más que quisieras....

Delgadillo: No, ya no.

Ticha: Sobre el valor de tu vida qué reflexionaste, no sobre el medicamento, ¿cuál sería la reflexión de todo esto que has pasado?

Delgadillo: Lo que pasa es que sencillamente se dice: no debo cometer errores. Un error puede costar mucho y a veces se comete, porque uno no es posible que piense en todo. Un organismo enfermo y delicado es tan sucio, tan vulnerable que cualquier cosa lo puede afectar, no es un juego y desde luego como consecuencia, apréciala... yo debo tener la mayor estima a mi vida, pero ya no está en mi voluntad que yo pueda tenerla mejor, sino que es un fenómeno que no está en hechos de voluntad, de deseo, corresponde a las condiciones físicas, condiciones de un determinado organismo.

Benito: Te agradecemos mucho la entrevista.

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