Mexico/Spain Exchange.

Del 27 de marzo al 12 de abril expone 20 obras pictóricas en el Palacio de Congresos de Madrid

La expresividad matérica, la preponderancia de los materiales y el iconismo revelador de J. Martín Rojas

La expresividad matérica de la obra pictórica de Martín Rojas, se basa en la conjunción de materiales, la preponderancia del color, la fuerza emblemática de la singularidad de los iconismos y la revelación de un nuevo mundo ya existente. Es un chamán pictórico, dado que nos introduce en la historia, para que profundicemos en las raíces ya conocidas de los acontecimientos que son pasado, pero que vuelven al futuro, porque la memoria colectiva los ha ignorado. De ahí que se conviertan en presente a partir de la paleta cromática del pintor de Tlaxcala.
Es un comunicador con el pasado a partir del futuro, que es el hoy, que no ha sido. De ahí que los Dioses vuelvan a recobrar importancia, aunque sea a través de su soporte pictórico, dado que su representación los encierra pero, a la vez, los enaltece, en una especie de altar imaginario, en el que las gentes que buscan olvidarse del espejismo, introducen su retina en la ilusión óptica de la mente. Todo lo representado forma parte de nuestro pensamiento, delimitado por el cerebro, pero, no por ello, es real. No hay realidad, tampoco constancia de firmeza en lo visible, sino que la ilusión óptica de nuestro cerebro permite su representación. Otra cosa muy distinta es el maya inicial del creador plástico mexicano que es el que, realmente, le ha inducido a pintar los Dioses del pasado, imaginarios y tan reales como la vida misma. Pero, los que de verdad están en la espiral de la propia evidencia son los que no están representados, sino que se encuentran ahí donde deben estar. Pero, la realidad del ser humano precisa de ilusiones para hacerse con el poder temporal de la existencia.

El poder es efímero, necesita cortapisas, de prebendas y contemplaciones, para hallar caminos que nos permitan desbloquear las negociaciones. No hay verdad absoluta, porque la política es el arte del diálogo en la ciudad y como tal permite abrir caminos para ahondar soluciones, pero no es, en sí misma, la solución en mayúsculas. De ahí que sus Dioses no sean políticos, sino fruto del espejismo mental, al margen del maya irracional, después de haber superado el espejismo astral. Dioses que son símbolos que encierran en su síntesis la propia existencia. De ahí que sean, por sí mismos, frágiles percepciones de la evidencia de la esencia, que no es otra cosa que la materia y la energía puestas en salsa en el espacio, al margen del tiempo o con el tiempo figurado. No sabemos donde empieza la realidad y donde acaba la fantasía. Lo que está claro es que el imperio de nuestro cerebro es el imperio del espejismo en transición a la ilusión.

Constatamos ilusiones que van más allá de la evidencia, para ver y encontrarnos cara a cara con el morador del umbral, aquel que está ahí para despistarnos, pero, lo que tenemos que hacer es ser coherentes con nuestra espiritualidad, para ver más allá de los oropeles. El reino de taifas está cayendo, pero lo hace con lentitud, de ahí que procuremos ser más coherentes con nuestro interior para ser caligráficos, clasificar los enigmático en modélico, ser esotéricos para profundizar en la capacidad de los símbolos para reintroducirlos en la realidad. Sin quererlo, casi de manera espontánea, a través de su clara reafirmación por la vida, su propensión a asentar planteamientos de clara alegoría biológica, han convertido a Martín Rojas en un creador que emplea el espejismo para hacernos ver la importancia del morador del umbral.
El reconocido artista plástico mexicano participa en diversidad de exposiciones nacionales e internacionales, dirige encuentros mundiales de muralismo en México y Argentina, siendo autor de diversos proyectos, teorías, propuestas y conceptos, entre los que destaca su desarrollo del Eco Global Arte en Tepeyanco, Tlaxcala, México. Este, junto con el Grupo 21 Plus, organizado en Changchun, provincia de Jilin en China, el Complex Art, originario de Canadá, así como distintas visiones del arte actual en España dan origen al Arte Mundi, con confluencia de artistas de los cinco continentes.

Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte


Color cálido, densidad matérica, expresividad iconográfica

La creación pictórica del mexicano Martín Rojas se fundamenta en la densidad matérica de sus técnicas mixtas, en la expresividad intensa de sus símbolos, iconos y personajes, además de la calidez acentuada de su color.
Se trata de un artista plástico partidario de lo intenso, de la sensualidad de su creación, de la atracción que ejerce lo expresivo de las culturas antiguas en el espectador, casi como si estuviera en línea con un cierto misticismo sexual devorador de temáticas, personajes y símbolos. Hace el amor alegóricamente hablando con interés, buscando la fuerza de su destino en sí misma, yendo mucho más allá de las limitaciones de lo sublime paradójico contenidas en lo indigenista, para convertirse en su depositario.

José Llongueras Olegario
Poeta nicaragüense

El camino de la idea primitivista indígena

El maestro J. Martín Rojas traza un camino de forma constante en su producción pictórica marcado por el primitivismo indigenista. Pero, no trata de hacernos creer que lo antiguo de las culturas indígenas sea lo fundamental, sino que elabora una senda tan válida como otras. Y lo hace pretendiendo asentar una visión histórica, comprometida, fundada en la propia idiosincrasia, elaborando una pléyade de Dioses que se autentifican por sí mismos y que, con su acción, nos abren nuevas sendas al entendimiento.
El artista mexicano, siendo universal parte de lo local para comunicarnos la simbiosis de materiales y formas que dan sentido a la propia emblematicidad de la vida. De ahí que su camino, iniciado en la idea primitiva indígena, sea producto de su propia facultad de interiorizar la fuerza que conduce a toda la humanidad.

Olegario Martín Cárdenas
Poeta peruano

J. Martín Rojas H.

El trabajo plástico del maestro Martín Rojas va unido a un insoslayable afán por experimentar, la suya es una búsqueda incesante, en su arte y en la vida. El trato suave del maestro contrasta con su indomable voluntad por viajar, enfrentar retos, andar por sendas inéditas, defender con pasión sus proyectos y, como él mismo suele decir, “rifársela”.

A la construcción de su obra plástica debemos añadir su incansable labor pedagógica. Martín Rojas es un profesor nato, un impulsor de jóvenes creadores (como queda demostrado, por ejemplo, observando que él fundó el Taller-Escuela de Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Tlaxcala).

Al maestro poblano-tlaxcalteca no le amilanan los obstáculos, antes parece buscarlos para demolerlos con su voluntad; recordemos el arduo trabajo que desarrolló como coordinador de las Jornadas Mundiales de Arte Público y Muralismo en Tlaxcala (México) y Mar del Plata (Argentina), que tan fructíferos resultaron. Los reconocimientos que ha recibido rebasan ya las tierras del altiplano mexicano, se le han otorgado en Europa y Estados Unidos, además del que, como “Hijo Predilecto”, le concedió su tierra natal. En realidad, Martín Rojas ya no es un artista poblano o tlaxcalteca, su horizonte se ha ampliado de tal manera que borró las fronteras y su arte pasa al dominio del mundo. Curiosamente, mientras más se internacionaliza, más mexicano se vuelve y más afloran sus raíces en su obra.

De sus orígenes en la pintura al óleo y el retrato, su obra evoluciona de forma sorprendente, el uso del acrílico y el manejo hábil de las texturas provocan un estilo colorido y relevante, donde la geometría y la composición arriesgada (como sus innovadores polípticos en planos pluridimensionales) asilan figuras prehispánicas mesoamericanas dotadas de nuevos significados a través de la experiencia cosmopolita del maestro.

El andar del maestro Martín Rojas promete nuevas obras, incansables viajes, proyectos ambiciosos y, podemos estar seguros de eso, nunca cejará en la promoción a los jóvenes, siempre mantendrá su probada solidaridad con sus compañeros de armas y… su búsqueda jamás concluirá.

Efrén Minero