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JOAN LLUIS MONTANE,
CRITICO DE ARTE |
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PITTI
El expresionismo de la materia.
‘Con el gesto abordo composiciones abstractas en el espacio buscando el expresionismo de la
materia. Hoy hay pocos artistas gestuales porque el trazo requiere un gran dominio formal y
técnico y estar en armonía con uno mismo’.
Buscador incansable de la libertad, el movimiento es su serenidad interior.
Nacido en Rovato, Brescia, Italia, de padre alemán y madre veneciana, viaja, en primer lugar, a
Holanda, donde cursa estudios artísticos en Ámsterdam hasta 1970, además de llevar a cabo
prácticas musicales como percusionista, entrando a formar parte de un grupo de música
contemporánea de gran éxito. Se convierte en discípulo de Georg Pijlmann, hasta que en 1971
abandona el país dejando toda la obra pictórica y la documentación de la misma. Un año más
tarde se interesa por la psiquiatría, esculpe y pinta de forma continua, exponiendo en Brescia,
Bergamo, Forte dei Marmi, Milán, Francia y Suiza. Sigue pintando con intensidad, pero su
carácter decidido y exigente le conduce a destruir 200 obras ya terminadas en 1983. Una vez más
comienza de nuevo, buscando las raíces de la abstracción a partir de la pureza del gesto y de
la delicuescencia de la forma. Se va consolidando su carácter innovador, romántico, complejo en
sus intenciones, poeta del color, aventurero de la música y los viajes. Antes visita Madrid,
mientras que en 1985 se convierte en propietario de una agencia de publicidad.
Paralelamente,
desde hace años se va dando a conocer en los circuitos internacionales como pintor abstracto
expresionista gestual, cuya obra muestra la síntesis del trazo, cada vez más preciso y
contundente.
Contacta con Barcelona, ciudad a la que se desplaza por estudios artísticos, luego
a Madrid, de nuevo. En Madrid contacta con Antonio Saura, después vuelve a Italia y expone en
París, Brescia, Nueva York y Philadelphia.
A partir de 1997 forma parte del Grupo Aniconismo
Dialettico, junto con Walter Coccetta, P. Di Fabio, A. Di Girolamo y Renzo Eusebi, dirigido por
Giorgio di Genova, abandonándolo pocos años después. En 1997 viaja y trabaja en España con el
crítico de arte Joan Lluís Montané, contactando con galerías de las ciudades más importantes de
este país. Conoce a artistas representativos del momento tales como Albert Casals, Francisca
Blázquez, Pujolgrau, Paloma Navares o Lluís Barba. A partir de este contacto y en los años
sucesivos expone en Barcelona, Reus, Girona, Begur, Tarragona, Madrid y Logroño, formando parte
de la prestigiosa colección de arte de Bodegas Anaite denominada ‘Gentes de Forastía. Artistas
del Mundo’, además de exhibir su obra en los circuitos más significativos del país tanto en
colectivas como participando en exposiciones solidarias y de carácter social siempre dirigido
por el crítico catalán. En la actualidad se ha afincado en Catalunya, concretamente en Alella,
desde donde su obra ha ganado en luminosidad y expresionismo, constituyendo uno de los
exponentes de la abstracción gestual internacional más emblemáticos, en el sentido de que su
aportación a la misma ha sido fundamental.
‘El arte abstracto sigue vigente en la actualidad,
dado que la creación no tiene fecha de caducidad, de la misma forma que las disciplinas
plásticas tampoco. En ocasiones determinada galería potencia el arte digital o la fotografía,
en detrimento de la pintura, pero si los resultados no le acompañan, vuelve a apostar por la
pintura o la escultura. Lo más importante es que el arte se vaya enriqueciendo con nuevas
disciplinas, tales como la fotografía, el arte digital, el net-art, porque, como todo en la
vida, está sujeto a la evolución continua de los conceptos e ideas. En mi caso me decanto por
la pintura-pintura, entendida como aportación básica, en el sentido de apostar por el gesto en
el aspecto más expresivo del término.
El arte abstracto se renueva continuamente y de ahí, que, por ejemplo, en mi creación se
vislumbren, en ocasiones, alusiones a formas concretas o a símbolos. Las fronteras existentes
entre abstracción y figuración hoy ya no existen de la forma en que estaban vigentes hace 20
años. La creación artística es más compleja, posee un cierto sincretismo, los creadores son
partidarios del concepto fusión para volver, de nuevo, a otras realidades plásticas más
atrevidas. Por otra parte considero que, a la pintura le queda un largo camino por recorrer, en
todos los aspectos de la cuestión, dado que no se puede hablar de hartazgo, tampoco de crisis,
aunque sea un procedimiento menos usado hoy, pero que está vigente nadie lo pone en
duda’-comenta el creador transalpino con convicción-.
Viajar, recorrer grandes distancias para encontrarse con su propio yo.
Pitti emplea pintura industrial sobre tela, colores planos, con influencia de la gama de
azules, rojos, amarillos, negros y blancos. Concentra su voluntad en percibir y potenciar una
obra que, en los últimos tiempos, aunque se mantiene dentro del expresionismo gestual,
incorpora algunas variantes, como son su propensión hacia la configuración de formas
geométricas, más o menos concretas o bien busca encontrar un camino que vaya definiendo una
actitud que, siendo abstracta a nivel formal, recuerde, de forma alegórica, las ideas y
temáticas que el pintor italiano quiere comunicarnos. De ahí que su creación, busque
materializar la parte más concreta de la idea, a partir de gestos en el espacio, de reconducir
formas, adentrarse en símbolos, para ser consecuente con lo estructurado. Buscador del amor,
continua su progresión hasta ser consecuente con su forma determinada de ver la propia
dialéctica de los hechos. De ahí sus viajes, su necesidad de conocer, de estar ‘in situ’, para,
participar, de manera directa, en los acontecimientos. Lo que pretende es elaborar una
voluptuosa y verdadera efervescencia de pensamientos y vivencias a partir de este continuo
moverse.
Viaje, concepto de transformación, que explica la nueva actitud de la vigencia de lo fugaz,
entendido como instante, sujeto a cambios continuos. Con su obra gestual abstracta, Pitti
expresa emociones, sentimientos y sensaciones, de ahí que sus colores sean planos, contrastados
y directos, pero también existan tonos intermedios, matices que nos hablan de un amplio abanico
de propuestas. ‘El paradigma de la pintura es que es un medio directo para expresar sin
maquillaje los distintos estados de ánimo que nos influyen, que ayudan a cambiar la propia
existencia. De la variación de paisaje y zona a la serenidad interior enlazada con un estadio
de meditación hay un paso. De la persistencia del color a la preponderancia del gesto en el
espacio se configura un auténtico laberinto de expresividad, que hay que definir, que supone
eliminar la carga barroca, desprenderse de las teorías para avanzar en el camino de lo
pictórico puro. Amo la libertad y los sentimientos enaltecedores de la categoría humana. Creo
en el amor, en la intensidad del sentimiento, en la reformulación de la propia vida entendida
como sensible idea de lo universal. Expreso esta actitud en mi pintura, procurando constatar y
fortalecer la existencia vitalista en sí misma, siendo romántico, buscando que el amor se
transmute en pigmento y que el color delimite la propia vida’.
Joan Lluís Montané.
De las asociaciones: Associació Catalana de Crítics d'Art, Asociación Madrileña de Críticos de
Arte, Asociación Española de Críticos de Arte y de la Asociación Internacional de Críticos de
Arte.
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