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ALBERTO CERRITOS

RUTA CRITICA III

11.-Teatralia y las velas, humo azul
y la desesperanza por la incertidumbre de la paz.
12.-..El héroe se levanta cuando el balón cae.
13.-Un centavo para ganar una estrella.
14.-De la desconfianza a la puerta roja.
15.-El amor en las entretelas de la senda cristal.

11.Alberto Cerritos, Teatralia y las velas, humo azul y la desesperanza por la incertidumbre de la paz.

El escenario del gran teatro del mundo está abierto a todos los actores a pesar de la existencia de tanta destrucción.
Se levanta el telón y el escenario desnudo dejar entrever jóvenes y no tan jóvenes armados con velas que destilan un perfume azul, -¿o es humo azul?-... ¿Qué más da?. Lo importante es la necesidad de que exista la fe, para que nos de alas, para sobrevivir en este mundo. Esto es lo que se plantea de forma habitual Alberto Cerritos en su obra. Por esa razón estructura sus temáticas de forma muy cuidadosa, para mostrar su diversidad de investigaciones.
Su creación exhibe una elaborada recreación artística de conceptos, que trabaja siguiendo pautas expresivas, simbolistas y sociales. De lo surreal, de la creación automática, pasa a una segunda fase más simbólica, en la que lo icónico juega un importante papel identificador.
Después, está la parte neoposexpresionista, en la que desgarra la realidad, elabora una visión muy distinta, acentuando rasgos para conseguir asentar conceptos más sólidos en el terreno de lo dramático.

Teatralia, escenario virtual, punto de encuentro, nexo de unión de la pléyade de deseos y de sugerencias.
Pléyade de estructuraciones que son ambiguas, que parecen surgidas del Caribe surreal, del Atlántico inmenso, de las confrontaciones de piratas, corsarios y bucaneros. Escaramuzas que beben el ron de los fuera de la ley.
Contemplando su obra parece como si se escuchasen frases como estas: ¡Yo te hago el café por la mañana!. ¡Vente a vivir conmigo amor!. ¡Caminito, hacia mi antiguo amor!. ¡Patatas frías sin sabor!. ¿Dónde está el amor en la desesperanza por la incertidumbre de la paz?. Sin paz no puede haber armonía. La mera existencia de la guerra nos conduce a la desesperación de lo evidente. Una música suena, es la guitarra de Santana, los acordes de la guitarra eléctrica se confunden con las canciones de Sting y las consideraciones musicales de Maná. Velas, humo azul, cielo estrellado, estamos llenos de fe. La historia es que la humanidad iba a casarse para fomentar el amor. Aunque la humanidad no tenía ningún centavo, ni un clavo que darle a la otra parte de la humanidad.
Pero la humanidad, los héroes de Teatralia, en su particular viaje a Itaca, iban decididos para obtener que la historia diera un giro de 180 grados.
Hay una traslación universal, los papeles están ya repartidos pero el drama sigue y la compañía tiene más días que longanizas para encontrar el verdadero significado de la propia representación del guión.
La paz ha triunfado y la guerra con sus muertos se ha ido. El creador Cerritos consigue concentrar armonía y paz en su obra, buscando temáticas universales, en las que el teatro del absurdo deja paso al compromiso. Esta es una de sus aportaciones fundamentales.

Joan Lluís Montané.
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte.
Agosto/2003

12...Alberto Cerritos, el héroe se levanta cuando el balón cae

Estamos soñando que nos caemos a gran velocidad. Nos sumergimos en la ingravidez, donde no hay reglas específicas y te llenas de vacío. Parece que la vida pase como su fuera un flash de ultrarapidez. Los segundos van desgranando su cuenta con firmeza. Los segundos, son imágenes que son flaches y éstos se convierten en instantes, en los que la poética del ciberangel es evidente. Él siempre está presente, a pesar de que los jugadores están en el campo y no se enteran de que la nieve que esta colapsando la red. Las máquinas quitanieves se han desintegrado porque una nueva generación de máquinas las ha sustituido por robots fenomenológicos y con capacidad de meditar. De la meditación, estado latente.

El héroe se levanta cuando el balón cae. Los jugadores se enzarzan en una lucha denodada por el control del esférico. Pero el héroe no se encuentra en el campo de juego, sino volando en las dimensionalidades, buscando grietas, fallos, elaborando planeadores, construyendo teorías para sustentar el levantamiento de una sociedad que parece haber olvidado a sus indígenas, obreros y operarios. Una sociedad basada en el consumo y en la circulación continua del balón. El esférico, cual mundo, como un planeta de nuestro sistema solar, con energía, que concentra la energía de millones de seres de toda la red. Pero, a la vez, este esférico es el anuncio de la muerte de la propia pelota. De lo esférico, espiral de energía, de las flores de la alegría surgen los cánticos de los parques entonados por fantasmas y ángeles caídos. Iba sin luz e iba sin sol, y sin ningún sentido. Iba muriéndome, volando sobre el mar con las alas rotas. Pero el héroe del amor apareció en la vida de todos y nos curó de nuestras heridas.

Joan Lluís Montané.
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte.
Agosto/2003


13.-Alberto Cerritos, un centavo para ganar una estrella

El deseo de la razón produce fantasmas que salen de sus escondites de los castillos ingleses y se esparcen por todos los países del mundo que nos han influido a través de su historia. Personajes célebres, ¿serán fantasmas o bien seres con determinación?. Seres que iluminan a los ciudadanos que el mundo han sido con candelabros del siglo XVII. El conde drácula habitando un castillo de Transilvania y el médico inglés inspecciona la habitación en busca de rastros de sangre fresca.
¿Dónde se encuentran los indígenas de las islas que hace siglos se han ido?. La historia la escriben los vencedores.
La red está confeccionada a partir de los conocimientos de las grandes potencias. La tecnología impera en el mundo de los sentidos.

Hoy se necesita un centavo para ganar una estrella. Ya no es suficiente con pensar en la libertad como estandarte sino en los medios para alcanzarla.
Contemplamos la estrella pero, para llegar a ella, hay que ir con nave espacial o utilizar un telescopio de gran aumento.
De la contemplación a la materia y a los medios para conseguir los anhelos. Un centavo para ganar una estrella, deriva de la creación digital de Cerritos en la que se plantea la necesidad de la tecnología, como medio para alcanzar un fin. Incluso la tecnología en función del amor. Su propuesta es interesante porque parte de una realidad incuestionable para desarrollar una teoría que sustenta el cambio como fenómeno de transmutación y como medio para ser consecuentes con los deseos.
Tecnología a favor del objetivo, pero no del todo vale, para despistar la libertad y oscurecer la estrella que ilumina el mundo del amor.
Es la eterna lucha de las fuerzas emblemáticas que nos tocan y nos convierten en hacedores de su magia.
Somos magos, que permitimos la efusividad y la energía de la luz. La luz es dinámica, grácil, hasta sutil, pero, también es fuerza y es contundencia. Porque de la luz, la serenidad de espíritu.
Lo espiritual como objetivo final, aunque empleando caminos intermedios materiales, para delimitar estructuras, para alargar deseos y construir fenómenos de gran producción. Fenómenos de vitalidad fugaz, que es radical, que supone la voluntad de abrazar la desigual tradición que elabora la verdadera esencia de los hormigueros.
No hay que producir para ser simplemente obreros. Somos lo que somos y la producción es circunstancial porque lo efímero es el resultado de las ideas que nos embellecen.
De la belleza el amor que inunda con su arco iris su concepto del mundo, en el que la estrella brilla con especial esmero y el centavo ya no es necesario, porque lo material es peredecedero.

Joan Lluís Montané.
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte.
Agosto/2003

14.-Alberto Cerritos, de la desconfianza a la puerta roja

La producción digital de Alberto Cerritos oscila de la desconfianza a la puerta roja de la reivindicación.
Desconfianza, voluptuosidad del instante, cambio supeditado al análisis del segundo. Desconfianza de una vida plagada de aventuras exóticas, de sinvergüenzas alados, de pájaros espino y de aquellos que son como una enciclopedia.
Desconfianza de los seres que se postulan a si mismos como salvadores de la humanidad, que utilizan los recursos de los países en su propio beneficio y que no les importa llevar a la humanidad a la guerra para conseguir sus objetivos.
Desconfianza frente a los teóricos que sólo consiguen llenarse los bolsillos de dinero fácil, de propuestas angulosas, de elucubraciones diversas, de fotos que estampan en las entradas de las cuevas, de las chozas y de los rascacielos.
Desconfianza frente a los políticos de no luchan por el bien común sino por los intereses de sus empresas.
Desconfianza frente a los cercenadores culturales, frente a los que quieren limitar los idiomas, reprimir a los nacionalismos, las autonomías y los territorios libres. Desconfianza hacia los liberales, porque, bajo el manto de la democracia se enriquecen y cargan contra los radicales, porque los presentan como terroristas.

Frente a la desconfianza se encuentra la inmaculada puerta roja, abierta de par en par, mostrando su interior, sin tapujos, porque, en realidad, no hay nada pecaminoso que esconder. La puerta roja nos permite viajar por los mundos emblemáticos de la solidaridad mundial, aquellos mundos en los que se cuece la verdadera pulsión de la vida cotidiana. De lo cotidiano libre; de la verdadera democracia a la verdadera consideración de la elección de lo objetivo. Puerta roja que destila el magma de los revolucionarios, que contiene la verdadera esencia de los románticos, de los poetas honrados, de los piratas aventureros, de los políticos idealistas y de los profesionales que lo dan todo en ayuda a la humanidad. De los seres grises, de la desconfianza de la burocracia a la verdadera luz de los soñadores, con banderas verdes, con islas que son mares, que suponen océanos de ilusiones que inventan los colores como por arte de magia.
Puerta roja que es el ciberarte, la creación digital, las composiciones barrocas, exuberantes, donde la expresividad modifica la realidad; donde la simbiosis de la energía con la espiritualidad, presenta una visión apasionada del mundo, bajo el manto de lo controlado. En la contención de los sentidos reposa el deseo de la revolución del verdadero amor y está actitud es una constante a lo largo de la mayor parte de la producción virtual de Cerritos.

Joan Lluís Montané.
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte.
Agosto/2003

15.-Alberto Cerritos, el amor en las entretelas de la senda cristal

El canto al amor es la verdadera revolución que propugna Alberto Cerritos, aunque muy alejado de aquel 'haz el amor y no la guerra' de los hippies.
Pink Floid en el recuerdo, rock sinfónico viajando a través de los hilos de las guitarras eléctricas que se hallan dentro del baúl de la velocidad de la luz.
Eagles, Hotel California, el boss mirando por la ventana de su hotel de Vancouver. Hay una voluntad de catapultar el amor a partir de las entretelas de la senda de cristal. El amor a partir de las consideraciones de Teatralia, que evolucionan hasta seguir en la elementalidad de las luces de neón y las velas de halo azul.
Teatralia, escenario donde los deseos del poeta de la nueva era se escenifican, aunque las melodías, a veces, suenan guerreras.
Su deseo es seguir las directrices de la guitarra eléctrica marcando a través de sus compases la senda de las entretelas de cristal.
Guitarra que se eleva a los cielos, que se pasea entre las nubes, que se diversifica entre la Serie Corazones y la Ciberangel.
Amor, sentimiento, voluptuosidad, vericuetos y magmacidades que se escenifican de forma continua.
Sentimiento reflejo, sentido y sensibilidad, elaboración de lo efervescente en la cúpula dorada de lo sutil.
De la verdad al amor puro, que estalla vibrando con toda majestuosidad, sin límites, explosionando porque no tiene prejuicios ni tampoco deberes ni cuentas que rendir. El amor que no nihilismo, que se combina con solidaridad, con antiimperialismo. Porque el concepto de amor de Alberto Cerritos es político, nutrido de una fuerte carga ideológica, formado por teorías evidentes, que van hacia la profundidad de lo humano para saltarse las reglas de la sociedad de consumo.

En una época de crisis de las ideologías, la vitalidad del amor se mide en términos sociales, en el sentido de que, además del amor sin fronteras existe el amor solidario, en el que el Ciberangel domina toda la red, implementando sus designios, viajando y consolidando su arte. El creador latino representa la idea del amor en múltiples series, caracterizadas por el barroquismo formal, la exhuberancia de las geometrías, la proliferación de los contrastes cromáticos. Dominio de verdes, azules, rojos, negros y amarillos, que dan cromaticidad a formas que se mueven de forma elástica, que se entrecruzan y que se insertan en el discurso medido de la verdadera esencia de la virtud de los sentimientos. Verdes eléctricos, considerados producto derivado de la senda del camino elemental. Azules del cielo, esperanza, visión direccional de un entramado de ensueño, que descansa en la vitalidad de lo evanescente. Rojos de la revolución del amor; de la sangre derramada por los camaradas antiimperialistas. Negros, derivados de la seriedad de la forma, de la estructura enigmática que nos conduce al insondable misterio. Amarillos, intelecto, esencia, mantenimiento teórico de las ideas que configuran la alternativa de un nuevo mundo.

Joan Lluís Montané.
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte.
Agosto/2003



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©2004 Alberto Cerritos. Vancouver, B.C., Canada.
   
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