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CRITICA 2
  
1.-EDMUNDO PAZ 
2.-VIRGINIA FRIEYRO 
3.-GRUPO 20 
4.-JOSÉ EMILIO FUENTES FONSECA 
5.-ALBERTO SCHOMMER, JOSÉ MARÍA DÍAZ-MAROTO, JUAN MANUEL DÍAZ BURGOS  y PLÁCIDO L. RODRÍGUEZ
   
6.-JOSÉ MORELLÓN, UNIDAD DIVERSA
  
1.-EDMUNDO PAZ
  
 
Edmundo Paz es uno de los representantes de la denominada nueva abstracción, que se basa en un 
retorno a la pintura en estado puro, fundándose en un discurso individual abstracto, a través 
del que afloran sentimientos, ideas y sensaciones del autor con total libertad.  El creador, 
nacido en Brasilia en 1961, presenta una obra caracterizada por el
culto a la gestualidad sensual de la forma, la cual va delimitando zonas en las que convergen 
diversos planteamientos pictóricos, destacando la presencia de insinuantes
gestos formales que se entrecruzan en el espacio singular. Formas que son curvas, dotadas de 
movimiento, compuestas por efervescentes ondulaciones que plantean diversos interrogantes, 
conformaciones que recuerdan estructuras que se asemejan a insinuaciones  icónicas pero sin 
acabar de concretarse.  
Establece un culto constante del movimiento, de la esencialidad de la materia, empleando el 
color con profusión pero dentro de una austeridad de miras. Trabaja el acrílico sobre papel con 
espátula, brocha y pincel, imprimiendo una sensación de movimiento constante.
  
2.-VIRGINIA FRIEYRO
  
Virginia Frieyro (Madrid, 1973) abarca el poder de la mirada en sus 100 retratos realizados en 
óleo sobre papel, buscando el claroscuro, pero también la iconografía de lo real dentro de la 
idea-concepto.  
El retrato como icono, estructurado como una auténtica base simbólica a partir del cual 
construye su aproximación a la representación de la esencia de lo real.  No busca el detalle, 
sino que lo pone al servicio del concepto para encontrar la fortaleza en el modo de expresar la 
verdadera esencia de lo interior. De la forma externa, del color como base que configura la 
forma, pasa al detalle que es color también. Color sobre color.  Color que dibuja, que se 
traslada hacia las profundidades de la tesitura de lo emblemático, entendido como punto de 
referencia de su obra elaborada  a base de pinceladas directas, sin emplear muchas matizaciones 
ni superposiciones. Es una pintura hecha ‘a la primera’, pero valiente, en el sentido de que 
arriesga con firmeza, dado que se lanza al vacío sin red, con la fortuna de que no se cae, sino 
que realiza piruetas en el aire y se mantiene.
  
3.-GRUPO 20
  
Grupo 20, reúne a distintos creadores jóvenes que parten de un taller de pintura, para después 
seguir cada uno su propio camino en pintura, fotografía, grabado o instalación. Casa de Galicia 
en Madrid acoge sus distintas propuestas que se encuadran dentro de la abstracción, la nueva 
figuración y lo ingenuo.  Lourdes Acera exhibe obra pictórica, realizada en óleo sobre lienzo, 
marcada por su conceptualismo y el culto a la idea, dentro de una configuración de índole 
geométrica.  Carmen Bellas muestra obra pictórica abstracta basada en la presencia de 
incisiones. Natalia Díaz-Mella exhibe fotografía caracterizada por el culto a la composición. 
 Encarna González Niño se decanta por una figuración ingenua en la que el encuadre es 
determinante. Germán González Pintos, trabaja el acrílico sobre lienzo en el que el color y el 
espacio dialogan dentro de un cierto minimalismo en la serie ‘Estelas’.  Por su parte Inmaculada 
González se interesa por la presencia signal en una creación geométrica donde el color posee 
una preponderancia determinante, aunque, a primera vista no lo parece.  José Juncosa investiga 
el desarrollo geométrico de la conformación arquitectónica en espacios inventados.  Paula Mariño 
se preocupa en fotografía en captar la complejidad de lo evidente pero presentándolo dentro de 
un tejido de insinuaciones diversas.  Sabela Martín elucubra sobre la segmentación, empleando el 
concepto de espacio y el ángulo de lo específico.  Carolina Martínez basa su  pintura, en este 
caso empleando tinta y acrílico sobre papel, en la determinación arquitectónica, en la 
confabulación geométrica de fragmentos unidos.  Mientras que Marina Molares avanza hacia la 
representación de lo espacial plano, nutrido de fragmentaciones dentro de una misma esencia.  
Belén Padrón elucubra a partir de la composición y su disponibilidad optativa para formular la 
idea como expresión vital dentro de un camuflaje intelectual.  Xosé Antón busca y se encuentra, 
interesándose por una creación fotográfica que parte de la imagen pura en sí misma.  Juan Rivas 
Fernández, busca el paisaje, implicándose en una visión real pero muy personal a la vez.  
Natalia Val, de lo construido a la expresividad de la forma sostenida libre.  Luisa Valdés entra 
en el juego de la perspectiva, el delante y el detrás de la imagen que implementa la fortaleza 
de lo inusual, pero, ante todo, convencional por su coherencia.  Mercedes Vicente destaca por su 
búsqueda de un nuevo lenguaje del abstracto.  Finalmente, Monica Vila se interesa por la 
visualización de la idea, en el entretejido de la trama argumental.
  
4.-JOSÉ EMILIO FUENTES FONSECA 
Galería Ángel Romero 
Madrid
  
El artista cubano José Emilio Fuentes Fonseca presenta la ingenuidad de un mundo que es terrible,
 que se basa en los discursos emblemáticos, donde la muerte ronda.  El creador latino emplea un 
lenguaje multidisciplinar, hecho a base de materiales y fragmentos de objetos que ensambla y 
convierte en sueños, en imágenes vibrantes de un universo que busca realidades tanto en su obra 
elaborada en acrílico sobre tela, como en sus montajes y estructuras y en sus planteamientos 
escultóricos.  Se trata de recurrir a la potencia de la evocación, a la importancia de los 
sueños en el sentido de marcarse metas.  Refleja el mundo ingenuo de los niños, atados a 
circunstancias que los convierten en esclavos de sus anhelos, sin que estos lleguen nunca a 
materializarse. Sueños de libertad, de ángeles atados a grilletes o a un avión que vuela alto; 
niñas que visualizan casas pero que las tienen en la pantalla del ordenador, dado que el 
imperio o la gran presencia, ha generado una enorme bolsa de realidad virtual que encadena al 
mundo.
   
Su obra pictórica elaborada en acrílico es ingenua, presenta niños desesperados, rondándoles la 
muerte, con el corazón atado. Su creación posee una inocencia expresionista, potente, capaz de 
hacer llorar las paredes más rígidas, a partir de las sonrisas de los niños.  Sus montajes e 
instalaciones suponen un paso más en la tuerca de la historia, un avance en los vericuetos del 
castillo encantado, que se desmorona poco a poco, ante la presencia de helicópteros amenazantes 
o la observación de fragmentos de utensilios emplazados de forma estratégica, remarcando un 
expresionismo deslavazado pero firmemente arraigado, dotado de una fuerte personalidad 
individual.
  
5.-ALBERTO SCHOMMER, JOSÉ MARÍA DÍAZ-MAROTO, JUAN MANUEL DÍAZ BURGOS y PLÁCIDO L. RODRÍGUEZ 
Galería EFTI 
Madrid
  
En la presente edición de PHE03 el lema central es ‘Nos-otros’, por tanto Alberto Schommer, 
José María Díaz-Maroto, Juan Manuel Díaz-Burgos y Plácido L. Rodríguez,  han apostado por Cuba 
y sus personajes, paisajes y objetos, su elucubración caribeña y el mar como metáfora, esté o 
no presente, pero siempre vigente como signo identificador.  Sobre todo, por los personajes, 
entrañables, característicos, superficiales o profundos, cubanísimos ellos, imbuidos en sus 
marasmos personales e individuales, cuestionándose el entorno o integrándose en él de forma 
ejemplar como producto natural de la madre tierra que emerge para tocar el cielo de lo 
coherente de la mano de los maestros de la fotografía en blanco y negro española contemporánea. 
De la  maestría realista y el culto al detalle de Schommer, pasando por los perfiles, las 
insinuaciones, dentro de la complejidad habitual, de las elucubraciones de José María 
Díaz-Maroto, la persistencia en la idea y en el tema de la dinamicidad de Juan Manuel Díaz 
Burgos y la templanza y serenidad mostrada por Plácido L. Rodríguez.
  
  
6.-JOSÉ MORELLÓN, UNIDAD DIVERSA
  
El artista aragonés José Morellón, aborda una gran multiplicidad de temáticas que oscilan del 
dibujo a la pintura, de la obra geométrica a la naturaleza muerta, pasando por la deconstrucción 
de raíz cubista,  la creación con planteamientos abstractos o las alusiones a la tauromaquia, 
bien sea a nivel figurativo o con planteamientos rayanos a la abstracción.  
Curioso innato, amante de lo singular en el sentido de bucear a través de mundos interiores 
imaginados, investigador del paisaje, en sus diversos planteamientos, bucea, indaga, se surte 
de las penetrantes perspectivas, de los interiores con personajes a nivel tradicional, o 
mostrados en situaciones próximas al costumbrismo, pero sin resaltar excesivamente los 
detalles, conservando la plasticidad del dibujo.
  
En líneas generales su  creación pictórica se basa en el movimiento, en el cientismo, en la 
forma de perfilar la dialéctica del color sublime en línea con composiciones estructurales, en 
las que hay una tendencia a lo concéntrico, a lo subliminal matérico, entendiendo a lo concreto 
como específico pero sujeto a la transformación permanente. 
Su investigación pictórica nos aproxima a la estética de las primeras vanguardias del siglo XX, 
adaptando algunos de sus conceptos estéticos a una realidad más actual. También es verdad que 
siempre existe una misma unidad de acción a nivel formal, aunque las obras sean completamente 
distintas.  En  este sentido José Morellón emplea tanto pincel como espátula apostando por la 
pintura pura, especialmente a partir de ‘Paisajes Interiores Mediterráneos’, en la que el 
dibujo pierde influencia a favor del color.
   
Se trata de una serie especial, que exhibe tres líneas fundamentales en sus escasas 32 obras 
sobre papel, una elaborada con acrílico con ceras, otra línea que exhibe obras efectuadas con 
lápiz graso y, finalmente, una tercera línea, realizada en óleo. El alma serena de un artista 
sometido a las evocaciones de los efluvios se constata de forma convencional y consecuente. 
La serenidad se instala en su composición, introduciéndose en los vericuetos del alma dormida, 
haciéndola despertar del ensueño. Pinta con delicadeza, pero su obra no es floja, sino que 
posee ritmo, como si estuviera acompañada de música, también de los sueños simbólicos, de 
nubes, gestos que alargan casas, barcas, paisajes y ciudades, poblaciones que parecen 
segmentos de una misma trama cromática.  
Aunque pinta de forma cromática, el dibujo es un elemento inseparable, pero dentro de la base 
de la obra, sin que destaque de forma manifiesta.
  
Su punto de mira descansa en una determinada esfericidad de lo representado, además de formular 
planteamientos en horizontal, huyendo de los formatos verticales que son más agresivos y de las 
composiciones tradicionales en el sentido más convencional del término.
En obras anteriores el pintor aragonés se ha interesado por la dicotomía figuración-abstracción, 
por los planteamientos más elementales de lo perfilado para socavar informaciones más directas 
y precisas en el fundamento de la inmaterialidad.  
Hace de lo matérico, inmaterial y de lo evanescente, materia, aunque suspendida en un discurso 
cromático de colores amables pero contrastados, incluso inarmónicos, pero dotados de una gran 
capacidad de equilibrio.
  
Joan Lluís Montané 
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte
  
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