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MONTANE ARCHIVO1
El artista de Escariche Rufo de Mingo expuso en el Museo Palacio del Infantado
El jueves día 18 de diciembre, 2003, a las 19.00 horas de la tarde, se inauguro por las
máximas autoridades de cultura de Castilla La Mancha y de la delegación de cultura de la Junta
en Guadalajara junto con los responsables de Mapfre, esponsor de dicho evento, la exposición
‘Mestizaje’ del artista internacional de Escariche Rufo de Mingo. ‘Mestizaje’ se presenta en el
Museo Palacio del Infantado de Guadalajara y comprende más de 130 obras creadas por 45 artistas
de 19 países de los cinco continentes en colaboración con el creador castellano, fundador del
Grupo Abanico y del Movimiento Caos.
Para dicho evento se ha editado un libro, también
esponsorizado por Mapfre, en el que han escrito Araceli Muñoz de Pedro, consejera de cultura de
la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José Manuel Martínez Martínez, presidente de
Sistema Mapfre, además de los críticos de arte, académicos y escritores siguientes: Joan Lluís
Montané (de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y coordinador general de
‘Mestizaje’); Lliliams Nimo Vázquez (crítica de arte, miembro de la Universidad Internacional
de La Habana, Cuba); Claudio F. Pérez Míguez (director del Centro de Arte Moderno –CAM-
(Madrid-Buenos Aires); Eduard Castellanos i Arbós (crítico de arte); Maldita de Soja
(licenciada en arte en arte, Universidad Popular de Pekín, China, teórica del Movimiento Caos);
Manuel Alcorlo (artista plástico y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando);
Ana Serrano (escritora, miembro de la ONG Artistas Plásticos Sin Fronteras de la Comunidad de
Madrid); M. Iglesias (periodista y crítica de arte); Alicia Moreno Tejada (crítica de arte) y
Laura Cañabantes (crítica de arte).
‘Mestizaje’ se ha formado en base a obra procedente de tres vías distintas: pintura hallada de
forma ocasional, comprada y también donada por los artistas a Rufo de Mingo para que este
realizara su intervención pictórica. La traducción de los textos del libro al inglés ha sido
realizada por Alberto Cerritos, artista plástico multidisciplinar y miembro del COMAV (Consejo
Mundial de Artistas Visuales, con sede permanente en México).
El montaje de dicha exposición ha
sido llevada a cabo por Claudio F. Pérez Míguez y Raúl A. Manrique (CAM).
En el transcurso del
acto inaugural se servirá un lunch frío, con embutidos, jamón y queso a cargo de E.Doñoro, con
un vino de honor a cargo de Mateo Berrueta, crítico de arte, marchante, galerista y propietario
de Gentes de Forastía. Artistas del Mundo, colección de arte contemporáneo y de Bodegas Anaite
de la Rioja Alta. Dicho vino lleva la etiqueta de una de las obra de Rufo de Mingo, edición
especial, perteneciente a la colección internacional Gentes de Forastía. Artistas del Mundo.
Además el conocido grupo musical Ángel Rubio. Jazz Fusión Trío, tocará en directo durante el
transcurso del evento.
Joan Lluís Montané
AGRADECIMIENTOS
INSTITUCIONES:
Araceli Muñoz de Pedro. Consejera de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Pablo Blázquez. Gerente de Mapfre.
José Manuel Martínez Martínez. Presidente Sistema Mapfre.
Fernando Aguado. Director del Museo Palacio del Infantado de Guadalajara.
CRÍTICOS DE ARTE, ACADÉMICOS Y ESCRITORES:
Joan Lluís Montané. De la Asociación Internacional de Críticos de Arte y coordinador general
de ‘Mestizaje’.
Lliliams Nimo Vázquez. Crítica de arte. Miembro de la Universidad Internacional de La Habana. Cuba.
Claudio F. Pérez Míguez. Director del Centro de Arte Moderno –CAM- (Madrid-Buenos Aires).
Eduard Castellanos i Arbós. Crítico de arte.
Maldita de Soja. Licenciada en Arte. Universidad Popular de Pekín. China. Teórica del Movimiento Caos.
Manuel Alcorlo. Artista plástico y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Ana Serrano. Escritora. Miembro de la ONG Artistas Plásticos Sin Fronteras de la Comunidad de
Madrid.
M. Iglesias. Periodista y crítica de arte.
Alicia Moreno Tejada. Crítica de arte.
Laura Cañabantes. Crítica de arte.
TRADUCTOR:
Alberto Cerritos. Artista plástico multidisciplinar y miembro del COMAV
(Consejo Mundial de Artistas Visuales, con sede permanente en México).
Traductor del libro-catálogo Mestizaje de Rufo de Mingo al inglés.
ARTISTAS PARTICIPANTES EN MESTIZAJE:
Claudio F. Pérez Míguez, Tamazin, Patus, Rocal, R. Mejias Ruiz, M. Campoamor, Cortes, J. Picazo,
Gema Goig, Filipeu, Paulette, Ripleyteu, Elsie, Francisca Blázquez, A. Alamo, Qijano, L. Tawia,
R. Ribero, Ibirico, J. Yanomami, Rubén Rodríguez, Luján, Carlos Saenz de Santa María,
Luis Burgos, Pedro Montserrat, Rafael García Tejero, Luis Morales, Enzo Eusebi, Villatoro,
Paco Clavel, Diego Romero, Rosani, Vivian Asapche, Luis Romero, Elvira Cue, Carmen Pagés,
Beresin, Hans Möller, Shiri Anoo, Pellicer, Winerewin, Igor Isacovich, María Luisa Herrera,
E. Corrus, Alcover, Hilda Fuchs, Pazos, Stanley Oliva y Anne Lee.
MONTAJE EXPOSICIÓN:
Claudio F. Pérez Míguez y Raúl A. Manrique (CAM). Montaje de la exposición.
FOTOGRAFÍA:
Ramón, Benjamín de Mingo y Carlos Saenz de Santamaría. Fotografías del libro.
INFORMÁTICA:
David Beltrán. Informática y tecnologías de la imagen.
IMPRENTA:
Sergraph. Imprenta.
ENMARCADOR:
M. A. Gómez. Enmarcador de la exposición Mestizaje.
RESTAURACIÓN:
E. Doñoro. Restauración día de la inauguración de ‘Mestizaje’.
VINO DE HONOR:
Mateo Berrueta Echave. Bodegas Anaite. Gentes de Forastía. Artistas del Mundo.
MÚSICOS:
Ángel Rubio. Jazz Fusión Trío. Grupo musical para el día de la inauguración.
Logos de
Junta Castilla-La Mancha Mapfre Museo del Infantado CAM
1.-PRINCESA DE EBOLI
2.-50 BIENAL DE VENECIA
3.-La diversidad como fuerza energética
4.-Santiago Sierra
1.-PRINCESA DE EBOLI
La lucha por el poder, la competencia en un mundo de hombres donde todo estaba regido por sus
designios, en unos momentos de expansión internacional, conducen a Ana de Mendoza, Princesa de
Éboli, a la adopción de posicionamientos inusuales para la época. Pero la historia es como los
seres humanos, siempre envuelta en un halo de misterio, en un paradigma de los deseos, en un
laberinto de pasiones y desencuentros, circunstancias excepcionales y actitudes acordes con la
propia existencia. Luchar con la fortaleza de los elegidos por el destino, para hallar el
sustento de los suyos, empleando métodos ortodoxos o poco ortodoxos: ni más ni menos que los
que utilizaban los demás para conseguir sus propósitos. La única pega es que era mujer, sexo
femenino, débil, que tenía que estar destinada a esposa de o bien a monja recluida en un
convento dada su alcurnia. Circunstancias del destino, un carácter avezado y una propuesta
digna de encomio, todo ello en línea con su elevada decisión de conseguir los objetivos
trazados al precio que fuese la condujeron al trágico destino.
Los artistas que interpretan a la Princesa de Éboli en esta exposición basan sus discursos en
la esencia del carácter de Ana de Mendoza, en sus intríngulis pasionales, en su fortaleza como
ser humano y mujer. Admiradores de su poder de desafío, de sus habilidades con la espada y en
la corte; adoradores de una estética sutil bella, con un solo ojo, el famoso parche, que la
convierte en leyenda, en mito de la historia castellana y universal. Profundizan en la mujer de
carácter, en su valentía, en su capacidad de sufrimiento continuo, en sus habilidades para
conducirles a la persistencia de la elaboración de la narración en la que Ana de Mendoza, ya no
es Ana, es la Princesa de Éboli, la que defiende a capa y espada sus derechos. Dicen que fuma
en puro, que participa de las intrigas políticas, del poder temporal que enlaza con los
designios más preclaros.
Busca la salida a su propio laberinto, que es la capacidad de aguantar, esquivando las
prebendas inconsistentes que se le ofrecen y ahondando en su posicionamiento peculiar en los
momentos clave de su proceso de acercamiento a las cotas dominantes de lo real. Evocadora de
fantasías, las suyas, que trata de hacerlas realidad, pero empleando su verdad para tomar
partido, incluso contra los intereses de su rey. Ante todo mujer excepcional.
También hay mucho de drama, de historia turbulenta, de crueldad y de actos nimios. El mito, en
los pinceles y obras de algunos de los creadores participantes se diluye, en ocasiones, en la
nada, descubriéndonos, ante todo, a la mujer, pura y simple.
Una mujer que, aunque no muy alta, era bella, más bien agraciada. Quizás, en la retina de otros
es vista como la artífice de la belleza reivindicativa, de la mujer-hombre, ser andrógino que
cabalga por los vericuetos de la vivencialidad. Entidad, supra-entidad, ser de carne y hueso
que muestra sus designios, sus deseos, sus anhelos, llorando y riendo, siendo otra vez niña.
También los hay que la interpretan como una mujer realmente ‘estética’, aristocrática,
elegante, donde la sensualidad de la mirada se transmuta en un placer para la visión,
alejándose de la historia, de los hechos que acontecieron, de la dinámica cotidiana del momento
en que pasó todo. Extrapolan su personaje, fijándose en la parte física, en la belleza material
y perecedera, para comunicar esa suerte de extraña iluminación que siempre la acompañó en todo
momento y circunstancia. Una iluminación especial, basada en la sensibilidad para con los
suyos, su marido y sus tierras. Con una actitud de protección, madre coordinadora de las
tareas, caudilla que en la Castilla de entonces y también en la de ahora aún hay muchas.
Sociedad matriarcal sumida a los designios de los grandes señores, caballeros curtidos en mil
guerras, que lucen sus espadas, que conquistan nuevos territorios para la grandeza de España.
Pero es una conquista eminentemente masculina, en la que participan soldados-hombre,
reyes-hombre, que dictan leyes que controlan de forma masculina. En este entorno viril, de
grasa, sudor, lechos de madera, caminos polvorientos, vino, cantinas, castillos de piedras,
armaduras y caballos veloces, surge la voz de la feminidad, de la mujer que se eleva por encima
de la nubes, que se aparece con la fuerza que da la convicción, en unos momentos de un ligero
cambio en Europa y también en nuestro país, aunque mucho menos, dentro del ámbito de lo
femenino.
Hay un cierto predominio de la Princesa de Éboli en las obras que concurren en la muestra en el
que la descripción manda en un entorno de matizaciones, en un contexto sutil, precioso, en el
sentido de edificación de una princesa que quiso ser reina, que pretendía alcanzar los altares
de la coronación y que terminó controlada y encerrada en su propio desdén, aislada de los
territorios que ansiaba. De ahí que mande la figuración, con un acento claro en el simbolismo,
en la elegancia icónica. Hay un deseo de carnalización, de darle vida, de vestirla de nuevo
con los ropajes de la época, para que así, de esta forma, cobre mucho más fuerza su personaje
vital, su fervorosa mirada que va hacia los salones tapizados, los candelabros elegantes, los
murales y las obras pictóricas colgadas, en un entorno de delicada sobriedad, con algunos
toques excesivos de decoración forzada.
Hay también otras producciones más expresionistas, que remarcan el desencuentro o bien la
provocación, convirtiéndola en un emblema de lo dispar, díscolo, ahistorico e intrahistórico.
Porque la Princesa de Éboli es hoy un paradigma de los deseos de todos aquellos que se sienten
diferentes ante una sociedad globalizada, estandarizada, en la que prima el mercado, en un
medio estructurado, medido, controlado y dirigido, para evitar excesos.
La Princesa de Éboli, anuncio revolucionario de una época que se aleja de nuestra memoria, que
pretende conectar con la fervorosa virtud de lo elemental, en el sentido de mostrarnos la
miseria que siempre envuelve el alma humana. El afán de poder, la lucha de poderes fácticos,
en la que, si no sucede un milagro, siempre gana el poder que más recursos tiene. Es por esa
razón que la Éboli va más allá de las circustancias y de su triste final. Es el símbolo de los
perdedores, de los angelicales seres de las ciudades que en el mundo han sido y que no se han
realizado a plenitud. También es la madre de los desamparados, de los luchadores sociales, de
los que pretendieron ser y no son, pero siguen siendo lo que son. Princesa de Éboli, mujer que
trasciende su época, que viaja y cabalga más allá de lo controlable, que se inserta en la
esencialidad de lo intuido, que flota a través de las ideas de la esperanza y que consigue
alcanzar sus objetivos más allá de este mundo. Es decir ser recordada por lo que fue y
entronizada en los altares de la fama, al lado de las potencias de lo visible e invisible.
2.-50 BIENAL DE VENECIA
La 50 edición de la Bienal de Venecia presenta, además de los pabellones nacionales, once
exposiciones distintas comisariadas por curators diferentes, todo ello coordinado por su
comisario general, Francesco Bonami, exhibiendo dentro de un concepto de unidad en diversidad,
el arte de más de 30 países. El propósito de dicha Bienal es presentar los desafíos
individuales y los globales a los que se ve sometido el arte, devolviendo al espectador la
relación personal entre éste y el creador. La fragmentación a la que se ve sometida la Bienal,
explica la realidad actual, de un mundo políticamente incorrecto, que, sin embargo, intenta el
diálogo para equilibrarse. Esta dualidad también está presente en la Bienal y ello constituye
un acierto de Bonami, dado que muy lejos de presentar la Bienal como políticamente correcta, lo
hace estableciendo cotas de poder en las que predomina la creación de nuestra civilización,
aunque huyendo de la apropiación indebida de lo Occidental respecto al arte. De esta forma,
africanos, chinos, árabes, israelíes y occidentales pueden dialogar a partir de sus propuestas.
Esta es una de las bienales más políticas, pero, a la vez, más descentralizada y
descontextualizada de los grandes popes y de la dictadura de la crítica nacional de los países
que mandan en el mercado.
El arte no es el mercado, sino que el mercado es la consecuencia del arte y como tal podemos
afirmar que Francesco Bonami lo ha conseguido. Otro logro que a mí me parece fundamental es que
la 50 edición exhibe la contradicción del arte y los valores emergentes, las culturas potentes
pero también las que lo serán próximamente, alejándose del concepto de parque temático al que
parecen abocadas otras bienales.
En la presente ocasión la Bienal se ha titulado ‘Sueños y conflictos. La dictadura del
espectador’, título que alude a la necesidad de que el espectador como individuo retome su
poder dentro del contexto del arte como individuo y no como masa a la que parecen guiarle las
grandes exposiciones edulcoradas con un marketing escandaloso, ligadas al turismo, para
engrosar las arcas de un sector que precisa nuevos estímulos, dirigiendo el arte hacia el
espectáculo, cuestionando sus cimientos y convirtiendo a los artistas en actores de un guiñol.
3.-La diversidad como fuerza energética ante la apisonadora de la coherencia
En Venecia hemos podido contemplar el auge de la diversidad, que, por si misma, no tiene que
buscar coherencia, porque en una Bienal lo importante es la representación de lo creativo, al
margen de la política, en el sentido purista del término, aunque no se pueda desligar porque
forma parte del todo. De ahí que Bonami haya acertado en su necesidad de remarcar el
posicionamiento del arte ante el mundo, porque la creación está implicada en los cambios
sociales, políticos, creativos, económicos y militares. El arte es cultura y como tal hay que
desligarlo de la tendencia de buscarle una coherencia ante el espectador. El arte tendrá o no
coherencia, según el grado de implicación que el espectador desarrolle a título individual,
pero no hay que buscar la presentación armonizada para hacerle entender este fenómeno, porque
entonces entraríamos en línea con un cierto fascismo homogeneizador que parece brotar de
algunos países con la intención de buscar un arte nacional, sin pretender hallar explicaciones
a sus verdaderos sentimientos y logros.
Los espacios expositivos de grandes proporciones de la Bienal de Venecia actual constituyen por
si mismos una elaborada y premeditada forma de presentación para aislarlos, pretendiendo
exhibir al espectador la naturalidad de esta pléyade de mundos, esta presencia cada vez más
clara de lo particular en un mundo globalizado por intereses económicos, con un ‘tempo’
adecuado, sin abigarramientos. Lo particular, dentro de lo solidario, es la mejor forma de
potenciar el arte para que nada quede al margen, porque la dinamización de la creación depende
de las aportaciones múltiples. Hay que seguir en esta línea, para distanciar cada vez más y
mejor el arte de lo Occidental, porque lo importante en la creación artística no es el
etnicismo, ni tampoco los fenómenos que segmentan creaciones pertenecientes a pueblos
determinados incluida nuestra civilización, sino la postura de diálogo y la presencia de
artistas de los cinco continentes, a pesar de que a determinados críticos les pueda parecer que
sus aportaciones no estén a la altura. A veces, es una cuestión de puntos de mira y de
acostumbrarse a la diversidad como expresión del arte más puro. En línea con lo que estoy
diciendo destacaría ‘Representaciones
árabes contemporáneas’, donde hay una complejidad en las ideas que sugiere elaboración,
asimismo se expresa una idea de laberinto indomable sugestiva.
Entre las exposiciones fundamentales, que constituyen el eje de la Bienal, están la apuesta por
la pintura en un contexto de cambios y la constatación de su evolución, comisariada por
Bonami: ‘Pintura: de Rauschenberg a Murakami, 1964-2003’, en la que el transalpino presenta el
diálogo imprescindible para entender su significado y transformación, aunque falten piezas
trascendentales y, asimismo, se eche de menos una potente visión de este medio. Lo importante
es el hecho del asentamiento del concepto que la anima basado en la idea de que la pintura es
una disciplina irrenunciable. Otra de las muestras, también comisariada por el crítico italiano
residente en Chicago (Estados Unidos), es la titulada ‘Retrasos y revoluciones’, formada por
aportaciones de gran significado y creaciones de calidad que le dan un contenido sustancial, en
el aspecto más conceptual de la presentación de su contenido.
4.-Santiago Sierra, la búsqueda de la utopía a través de la dureza de los materiales
Una de las aportaciones españolas más significativas en esta Bienal es la de Santiago Sierra
(Madrid, 1966), un artista que ha alcanzado un grado de madurez envidiable y que va a
contracorriente con respecto al arte actual, en el sentido de que apoya la utopía como motivo
impulsador de su arte, asumiendo tareas de agitador, cuando la mayoría de creadores prefiere
experimentar para sorprender, dentro de una marea de planteamientos innovadores pero vacíos, en
el sentido literal del término. Es decir que Sierra se nutre de lo efímero para convertirlo en
formas que son materiales que configuran planteamientos concretos, en los que instalación,
escultura, performances, acciones e intervenciones se unen, empleando materiales en desuso o
que están siendo utilizados para otros fines. Reivindicador romántico de una realidad mejor,
emplea acciones en las que intervienen personas, caso de los inmigrantes encerrados en la
bodega del barco de Barcelona, las escenas de masturbación colectivas, pagar a seres para que
les tatúen su cuerpo o bien plasmar líneas en las espaldas de meretrices heroinómanas, personas
encerradas en cajas de cartón u otras que prohíben la entrada a un Museo. Todo ello para
denunciar el absurdo, las malas condiciones de trabajo, el tratamiento inhumano de los
inmigrantes, la autodestrucción, la alineación o la moral burguesa. Es un conspirador dotado de
alas, que sobrevuela los problemas, enfrentado a los espectadores a temáticas expuestas con
toda crudeza; es decir que no busca la sorpresa, sino la implicación emocional del usuario dado
que no pretende dejarle indiferente. En Venecia Santiago Sierra propuso en el Pabellón de
España un muro de ladrillos con el nombre de España cubierto con un plástico de color negro,
ironizando sobre el nacionalismo excluyente sea del signo que sea y de donde venga,
argumentándolo con la imposibilidad de acceder al interior del pabellón español si no era con
la presentación de un documento oficial de identidad española. Asimismo también plasmaba el
tema excluyente que supone la persistencia de las fronteras como instrumento de control, además
de ser el exponente más duro de una política antiterrorista preventiva.
El muro, que fue
derribado en Europa, vuelve a surgir, pero esta vez no es a causa de la guerra fría, sino de la
inmigración, también con sus consiguientes motivaciones ideológicas y económicas. De la
confrontación Este-Oeste hemos pasado a la de Norte-Sur, aunque persiste el mismo problema: la
diferencia de clases sociales y de poderes dinamizadores. Este hecho lo constata de forma
precisa Santiago Sierra, con una elegancia geométrica expresionista, a través del recurso de lo
visual, implementado por las acciones que buscan expresar una dialéctica directa, en el sentido
de que hay unos propietarios y unos trabajadores, a los que se les paga por su trabajo. Siempre
existe la contraprestación del salario, lo cual quiere decir que en una era tecnológica nada a
cambiado y siguen existiendo esclavos, fronteras, categorías y clases sociales, étnicas y
culturales como ocurre en una buena parte de África. La africanización del mundo se produce no
sólo a partir del discurso de los propios africanos sino también a partir de las prácticas de
determinados países europeos y de Estados Unidos basados en un concepto de tribu absoluta,
aplicada a su país, entendido como ombligo del mundo, pero en realidad dividida en clanes y
categorías, casi como en la India, pero con la posibilidad de pasar de una clase a otra gracias
a la democracia, aunque realmente este hecho esté al alcance de unos pocos elegidos.
Joan Lluís Montané.
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