-WRITINGS/OBRA ESCRITA:
-J.L.Viejo Palacios(España)
-Ch.Ch.Lopez(Venezuela)
-M.H.Lucas Leal(Brasil)
-N.Yurugi(Japon)
-M.Rojas
(Mexico)
-J.M.Velasco (España)
-F.Fernandez
(Chile)
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WRITINGS/OBRA ESCRITA: Joan Lluis MONTANE
El chamán de las artes plásticas.
Chamán de las artes plásticas, mago, místico, alucinado y alucinador, además de alucinante. El chamán de las artes
plásticas entronca con el Dimensionalismo de su amada, de la inventora pictórica de la transformación y
transmaterialización.
Somos producto de circunstancias, resultado de momentos, instantes, segundos que son infinitos momentos, cual pócima
burbujeante.
El chamán alquimista asciende por la noche estrellada, acercándose al cielo, casi sin tocar las estrellas,
aposentándose en las proximidades de la proposición purpúrea, de la simbiosis de lo delicado angelical y la poesía en
estado puro.
Es un brujo bueno, que practica magia blanca, que posee capacidad telepática de conectar con las mentes abiertas de
hombres y mujeres de estas y otras dimensiones. Chamán que ve la obra sin verla, que profundiza en el alma del artista,
ama su obra, la acaricia, desnuda, respeta y elabora de nuevo.
Es un creador poético a partir de lo plástico, porque va más allá de lo anecdótico, en el sentido de profundizar en los
vericuetos del laberinto de la luz.
Lumínico, envuelve su mente de halos dorados, de imágenes fantásticas, de escenas pictóricas, escultóricas e
instalaciones.
Oscila desde el más acá hacia el más allá, buscando, alegóricamente, avanzar hacia su propio interior.
Amante de la naturaleza, todo es dévico, la cascada, el agua cristalina que nos envuelve con su fragor, la vegetación,
el bosque, los animales que buscan ser ellos dentro del ser, ya que la sombra de la luna planea en la tierra. Pero,
muchos de ellos, han superado el handicap de la subsistencia y se hallan dentro del posicionamiento de la poesía.
Chamán, brujo, analista del yo interno, amante de las hierbas, conjuros, brebajes, pociones, frecuenta, a través de
su mente, alma y corazón, la morada de los dioses e interpreta las estrellas.
Chamán del pincel, brujo de los colores, investigador alquimista de las temáticas, amante del espíritu, busca el alma
en la obra para desgranar su letanía de sensibilidad y amor.
No existe la brusquedad porque todo está concentrado en un mismo punto, de ahí que la sensación de belleza predomine en
un entorno donde todo es conjuro, dado que la pintura y la plástica son reminiscencia y gotas de rocío de los Dioses.
Nos interesamos por la existencia en momentos de gran condescendencia, pero, la verdad de la vida es la verdad del
momento, porque en cada instante se vive y se muere. El chamán lo sabe, posee los dones del que sana, para que todos
vivamos y los que no se puedan orientar hacia una evolución coherente del alma dormida para recuperar posiciones perdidas
en la galaxia infinita del infinito instante de la existencia del más allá.
El viajero de las estrellas
Estrellas, polvo de estrellas, galaxias, rocas interestelares, explosiones que se hallan en la materia, fogonazos
de amor contenidos en la retina del viajero de las estrellas.
Amor, sentimiento, sensibilidad, abertura de canales, idiosincrasia de la suavidad de la caricia, objetos espaciales,
naves que se trasladan a sí mismas, pero sin que el viajero de las estrellas intervenga.
Todo es viaje, cientismo, prisa, variación y curva. Curva, variación, vibracional, luz celestial, angelical
evidencia de lo superfluo emergente, de la propia visualización de la vertebración.
Canal de luz, galaxia cercana, maleta que se cae, estrella que la recoge, artista que se traslada, telepatía,
mentalización y serena visión.
La luz de la intensidad
La luz de la intensidad avanza por los prolegómenos de los instrumentos que nos rodean y abrazan. Se trata de ir más
allá de la anécdota, de los principios de los segundos, de los instantes de los momentos, en la inmensidad de la
intensidad.
La luz es luz porque centellea en la sagacidad del ombligo del mundo, para instaurar su legado a las generaciones
venideras.
Energía, intensidad, fuerza de choque, alma que se mantiene en vilo, mientras el tigre avanza, la jirafa nos contempla,
la dinámica de la vibración nos rodea, aproximándose en la fuerza de lo sabido.
Fuego, pasión, ojos calientes que miran sin mirar, fenómenos que se suceden unos a otros sin solución de continuidad,
porque en lo constante está lo determinado.
Desarrollos, transformaciones, miradas que se cruzan y bailan, que se ubican en los intersticios de una memoria que
se halla muy próxima en los segundos que nos acarician el destino.
La luz de la intensidad es como la música: elegante y ascendente, mientras, hay un tempo constante, luego, un
incremento y, a continuación, solo queda el eco de su determinación.
Lo intenso es sutil, hallado en lo instantáneo, en los prolegómenos de los silencios. Lo intenso es silencio,
porque en el silencio todo.
Madrid, España, Abril, 2006
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La intensidad del amor y la mariposa de mil colores
Amor, amar, luz del amor que se convierte en mar, desembocando en el Océano, todo ello mecido por un viento sutil que
se balancea a partir de la propia idiosincrasia de lo sugerente.
Amor, amar, luz del amor, faros encendidos en el corazón de los amantes, de aquellos amantes que, simplemente mirándose
se transforman en gotas de agua de un mismo lago eterno.
La mariposa de mil colores observa las evoluciones de los amantes: ella rubia, ojos verdes amarronados, pelo ondulado,
labios sugerentes, cuerpo de bailarina, vestidos de reina, portes de princesa, pintora dimensional, atleta, espíritu puro,
alma cristalina, fuego en el cuerpo, limpieza en la mirada, bondad en la capacidad interna de ir más allá de lo envolvente.
Él, crítico de arte, observador y chamán de la creación plástica, de las disciplinas artísticas, producto del momento
artístico culminante mundial, de aquella sensación sutil que solo se esconde en el corazón de los verdaderos enamorados.
Amor, amor, amar, amor dimensional, ojos que se evaporan, labios que se juntan en una sutil confluencia y caldo de cultivo
de quienes son persistentes, se entrecruzan en la ambigüedad de lo sutil contenida en el laberinto.
Vericueto, laberinto, sombras y símbolos, culto a la imaginación de la mariposa de mil colores, quien sabe de olores,
perfuma flores, da la buena nueva, aletea las alas con vigor, casi envolviéndonos en unos anhelantes aromas que se recrean
en la mirada del corazón cristalino.
Lágrimas doradas en el rostro de la amada y la luz en el horizonte
La amada viaja a través del amor mediante la mirada, porque con solo mirar se ama. Magia blanca, energía concentrada,
fuerza de choque de sutil disposición, determinación en la mirada, ojos que miran sin mirar, dado que la mirada no es
tal, sino que constata sin ser.
La evidencia nos rodea, porque la energía emblemática es la luz del amor.
Lágrimas doradas en el rostro de la amada y la luz en el horizonte, allá donde existen aves de mil colores, donde se
transforman las energías negativas, en aquellas circunstancias en las que todo es evanescente, como si fuera emblemático,
dado que lo principesco es señorial y lo noble es sutil, cuando no plebeyo en el sentido ajustado del término.
Por
que hoy los obreros son príncipes, los electricistas condes, los paletas marqueses, los lampistas caballeros, mientras
que los empresarios son obreros, los propietarios de tierra esclavos y los profesionales liberales bufones de una corte
de nuevos ricos sin sentido. Lo único que de verdadero subsiste son las lágrimas doradas en el rostro de la amada y la
luz en el horizonte.
La luz y su posición trascendente
La luz y su posición trascendente, viaja a velocidades mucho más rápidas que cualquier ingenio inventado por el hombre.
No hay limites, el limite es el que se autoimpone uno mismo.
La tierra y sus volcanes poseen una fuerza explosiva más potente que cualquier bomba atómica y de hidrógeno.
La determinación del medio y la luminiscencia de la luz trascienden por sí mismas, son capaces de elaborar sinfonías
poético visuales con la emblematicidad de la grandeza.
Nubes, vientos, sugerencias, esencias, conjuros, vibraciones energéticas situadas en el umbral del cambio energético,
alusiones de sutil transparencia.
En mitad de todo ello hay una concentración elegante de lo sutil emergente a partir de la posición trascendente que
nos transporta a la verificación de la verdad que nos define y enaltece.
Música, recuerdo, pasado, presente, luz del futuro
Música, rock, intensidad vibracional, mente en el escenario, luces que relampaguean. Música, recuerdo, pasado,
presente, movimiento hippie, haz el amor y no la guerra, determinación de lo emblemático.
No hay presente, sino que es pasado continuo, mientras el tiempo avanza y el futuro nunca llega.
Viajamos a través de dimensiones inventadas en las que la música nos transporta, recordándonos el pasado, pero no
estamos allí, sino que lo vemos desde el aquí. No hay allá, sino afán de búsqueda del más allá, escondiéndonos de
nosotros mismos, ocultándonos de la ambigüedad, en el sentido de estar en el ser, y no ser por ser, sino ser porque
se ha superado el hacer.
No es importante hacer, sino ser, y este ser es el que nos conduce a través de la música, los sentimientos y el
recuerdo a una mayor consideración de la entidad del ser. Somos ser, porque somos amor, luz del espíritu en el cosmos.
Mientras la música es recuerdo, pasado, presente, luz conectada al futuro.
Joan Lluís Montané
Madrid, España, Abril, 2006
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